Hace un tiempo ví un reportaje súmamente interesante sobre la batalla que se viene librando en Irán. Es bien sabido que el desarrollo de tecnología nuclear implica la necesidad de disponer de grandes cantidades de uranio enriquecido. El reportaje incluía fotos hechas por satélites americanos dónde se intuía el desarrollo de instalaciones subterraneas para desarrollar tecnología atómica.
Una vez descubiertas, la ONU les amenazaba con sanciones si no dejaban que fueran inspeccionadas. Irán se hacía el remolón durante algún tiempo y luego, después de largas negociaciones, lo permitía. Cuando los inspectores llegaban, las instalaciones estaban ya vacías siempre y se habían trasladado a otros lares. Nuevas fotos, nuevas denuncias, y vuelta a empezar. El clásico juego del gato y el ratón.
El reportaje también incluía múltiples datos sobre la estrategia librada por Israel para evitar que Irán avance en el proceso de obtener una bomba atómica (de la que ellos, por cierto, se cree que sí disponen): asesinatos selectivos de investigadores, científicos y varios profesores de universidad involucrados en el programa nuclear. Se dice que el Mosad, que es una de las agencias de inteligencia de Israel, responsable de la recopilación de información de inteligencia, acción encubierta, espionaje y contraterrorismo, es el servicio secreto mejor preparado del mundo. Yo no tengo ninguna duda.
La guinda del pastel viene ahora. Las centrifugadoras de uranio son máquinas muy complejas que normalmente trabajan en cascada y con múltiples unidades. Su control es a su vez muy crítico y difícil y muy pocos fabricantes de tecnología en el mundo son capaces de hacerlo. Uno de ellos es Siemens que, casualmente, es el fabricante de la tecnología de control de la que Irán dispone. Por alguna razón que desconozco, un fallo general de la planta de centrifugadoras es mucho menos crítico y causa menores daños que los fallos aleatorios y discontínuos en varias centrifugadoras.
Pues bien, los equipos de Siemens, que estaban absolutamente portegidos y funcionando en una red completamente aislada para evitar ataques externos, de repente empezaron a fallar. Una investigación hecha por la propia Siemens, que inicialmente no entendía nada de lo que estaba sucediendo, decretó que el fallo se había producido porqué alguien había conectado un pendrive al controlador. Y el pendrive contenía un virus que afectaba sólo a ese modelo de máquinas. Curioso verdad? La incidencia causó fallos muy críticos en toda la instalación y el proceso de enriquecimiento se paralizó durante bastante tiempo.
Es curiosa también la doble moral de los países que disponen de bombas atómicas y que son los máximos interesados en que otros no las tengan. "Yo sí, pero tú no". Los 'poderes nucleares' son Gran Bretaña, la ex Unión Soviética, los EEUU, Francia, China, India, Pakistán, y quizá Israel (aunque este último nunca lo ha confirmado).
Parar ese proceso en Irán, sólo tiene una posible vía. Y no creo que los rusos nunca la permitan. S2