La verdad es que resulta indignante que se reparta esa cantidad de dinero, sabiendo de antemano que no van a hacer absolutamente nada por los estafados.
En efecto, las instituciones públicas están para colaborar con la ciudadanía, no para mutilarla y desprestigiar al sistema. Harían bien los políticos, el partido que sustenta el Gobierno, muy bien en devolver la confianza al público usuario de los servicios bancarios poniendo a trabajar al Fondo en beneficio de sus intereses reales.