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Lempicka

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Lempicka 24/05/10 23:16
Ha comentado en el artículo Bajada de sueldo de funcionarios: en 2010... como en el siglo pasado
Almotamid, No, que te renueven el contrato no me parece un premio porque todo el mundo se merece tener estabilidad en el empleo y condiciones dignas de vida. Y lo seguiría pensando, como muchos de mis amigos trabajadores de la empresa privada, aunque no fuera empleada pública, me estuvieran pagando el salario mínimo, estuviera en precario y sin perspectivas de futuro. Me podrían quitar mis derechos, pero no la claridad de mis ideas. Yo creo que no es que no hay premios, sino que aquí a todo el mundo se le castiga por igual haga lo que haga. Ése es el matiz, ésa es la diferencia entre tu punto de vista y el mío. El problema no es tanto que te despidan sino que, necesitando tus servicios, teniendo un montón de beneficios y estando satisfechos de tu rendimiento (cuando las vacas gordas, claro) prefieren contratar a un aprendiz o a alguien que les reporte una nueva subvención, no porque no haya cash, sino porque su codicia no tiene fondo. Eso, aparte de económicamente estúpido y cortoplacista me parece asocial y ha sido la tónica general en “el pelotazo” La próxima reforma laboral que se está gestando y que ya está pidiendo a gritos el FMI (me dan ganas de repetirle la ya famosa frase “¿por qué no te callas?”, por cierto, ya está empezando a oler la coartada de “me lo piden en Europa” “me lo pide el FMI”) me da la impresión de que va a exigir recorte de prestaciones de desempleo también, aparte de dar gratuidad al despido (reivindicaciones de la CEOE para ampliar las causas objetivas de despido al que falte POR CAUSAS JUSTIFICADAS el 20% de las jornadas laborales en dos meses, eso son narices, sí señor) ampliará el espectro de castigos con que regalará la patronal, gracias al Gobierno, a los trabajadores. Me niego a considerar la dignidad en las condiciones laborales como un privilegio, por más que amplíen el catálogo de CASTIGOS. Cuando tenga un ratito me pasaré por el blog de “Nuevas Reglas”. Un saludo.
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Lempicka 24/05/10 22:45
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Draco, Los países nórdicos son los que tienen mayor presión fiscal de la zona euro, pero la gente no protesta y lo ve como una inversión en su forma de vida. No creo que las empresas tengan más ventajas fiscales que las españolas, otra cosa es que, probablemente (no lo se, no conozco en profundidad el sistema fiscal de estos países) incluso el impuesto de sociedades tenga una progresividad considerable. No es lo mismo regentar una fábrica con 200 empleados que una peluquería. De todos modos eso no me parece disculpa para defraudar. Por esa regla de tres podría plantarse y pasar de pagar impuestos (IBI, impuesto de vehículos, renta, etc) cualquier parado de larga duración al que no le ofrezcan trabajo, o el que cobra 600 Euros y no llega a fin de mes. Comprendo lo que quieres decir, pero no comparto la comparación de la gestión de un Estado y una peluquería o fontanería. Que el público acabe con los pelos chamuscado o con una inundación doméstica, y como consecuencia no te vuelvan a contratar tiene poco que ver con el porcentaje de fracaso escolar en educación o de la tasa de mortalidad o morbilidad en la sanidad, por ejemplo, en aras de un recorte del gasto. El problema no es que no te vuelvan a votar, sino que los males que has provocado son irreversibles y perdurables en la sociedad. El problema de los cochazos de los dueños de la PYMES no es que los tengan o los cambien todos los años (que también, no me parece ecológicamente muy sostenible, pero bueno...) el problema es que en muchas ocasiones es el coche de uso particular o familiar y lo financian a cargo de la empresa con el objetivo de detraer beneficios en los resultados y tributar menos, además de no cortarse un pelo de conducirlo para solicitar una beca o ayuda, o plaza, aportando una declaración más paupérrima que la de un mileurista. En definitiva lo que me jode es el fraude, no el coche (que les aproveche, yo si el mio me dura 15 años, mejor que 10) Me hacen cantidad de gracia algunos autónomos que se ponen en plan fariseo contando que trabajan tropecientas horas, que nunca cogen la baja, que vaya atajo de vagos tienen contratados, que en cuanto llega la hora ya están todos en la puerta.... etc. Yo les miro con el mismo escepticismo que me miraría a mí cualquiera al que le dijera que duermo solo 5 horas diarias porque tengo que trabajar fuera de casa, hacer la comida y las labores para que esto no sea una pocilga y que me quede rato para atender a mis hijos y ayudarles con los estudios y sus problemas. Esos esfuerzos son muy encomiables, pero el fin último, es el propio beneficio, y, a veces, la consecución del propio sueño, aunque de paso se de trabajo a algunas personas (un beneficio social, por supuesto) que, dicho sea de paso, algunos, si pudieran prescindir de ellas lo harían. (no se hartan de repetir que no son ONG’s, cuando se les habla de despidos y condiciones laborales). Si tienes un trabajador, al que obligas a echar horas extras, que luego le racaneas pagárselas, además de pagarle el salario mínimo y porque te obligan, que lo tienes en precario contrato tras contrato, que no te preocupas de su formación y reciclaje y que descuidas la protección contra riesgos laborales no esperes que trabaje más de lo estipulado y que renuncie a descansar cuando está enfermo porque de tu beneficio no conseguirá nada y tu sueño distará mucho de ser el suyo. Aún siendo un empresario modélico tampoco podrías reprocharle que no pusiese la misma carne en el asador que tú, porque se trata de tu hacienda, su fuente de trabajo, bien, pero tu hacienda al fin y al cabo. Hay muchos empleados que arriman el hombro por la empresa para sacarla adelante, pero casi ninguno es recompensado con justicia. Financiar el coste de los despidos, vale, ya nos ponemos en plan entidad financiera. El Estado es un gorrón, y cuando llega el momento, todo el mundo a pedir, pero nadie se acuerda de la época del pelotazo, cuando los trabajadores tenían el salario moda de 800 Euros (qué gracia, ahora es mucho menor) las empresas estaban al 100% y todo eran beneficios. Entonces era cuando había que haber hecho una provisión de fondos para posibles despidos y riesgos generados por una posible crisis – Vamos vacas gordas, vacas flacas – (para el trabajador siempre flacas) Es por lo que yo siempre me he inclinado por la calle de en medio. Cooperativas. Todos arriesgan, todos trabajan, nadie explota a nadie y todos deciden cómo han de hacerse las cosas y el futuro de la empresa. Todo el mundo incentivado, todo el mundo echa el kilo.
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Lempicka 24/05/10 00:11
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Capto la fina ironía de mi “sufrimiento”, pero no creo haber dado muestras de él. Lo que tengo es un cabreo monumental porque los que pueden llevan lustros comiéndonos (a todos) la merienda y aquí no reacciona ni el tato, preocupados de nuestras pequeñas miserias y envidias. No quiero repetirme, pero respeto a bastantes autónomos que conozco, y no ya especifiqué que no quería generalizar. Hay muchas empresas que han tenido que cerrar por no poder cobrar a sus clientes, entre los que se cuenta la Administración. Además es el sector que primero acusa el empeoramiento de las condiciones laborales de la gente porque el consumo se va a pique y hay que reconocer que cuesta mucho mantenerse a flote. Sólo quería hacer ver que no sólo hay parásitos en la Administración Pública. El inodoro no es aéreo, es normal. Tiene una peana pegada a la pared, para evitar tener que limpiar por detrás y el tío bruto quería perforarla para sacar y conectar los manguitos a la llave de cierre, tuvo que levantar la baldosa y añadir un trocito de cañería para colocar la salida de agua en su sitio(el albañil ya nos había roto un montón de material). Gajes de las reformas. Saludos.
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Lempicka 23/05/10 23:39
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Es difícil encontrar algo como no sea en hemerotecas, son casos que se remontan a finales de los 80 (yo tengo 25 años de servicio) El caso concreto de la empleada del INEM sucedió en Móstoles. La mujer, en concreto, en connivencia con otro compañero de trabajo chanchulleó con una gestoría para falsear la edad de los trabajadores, para que las empresas pudieran beneficiarse de las subvenciones y ayudas por contratar a tales trabajadores. Como comprenderás, en nuestros días, con las redes informáticas interconectadas de las Administraciones esto no sería posible. Pero lo más grave, que no recordaba, es que de los interfectos, el hombre, no fue separado de servicio, sino inhabilitado (la inhabilitación no es a perpetuidad y es reversible) a diferencia del empleado de correos (este caso no es ninguna leyenda urbana, pues, además de recordarlo porque trascendió en los medios, lo estudiamos en un curso de formación de Recursos Humanos y el ponente nos recordó que era un caso real) que fue separado de servicio a perpetuidad, y con la prohibición que esto conlleva de volver a opositar a cualquier Administración Pública, en virtud de un expediente disciplinario llevado a cabo en exclusiva por la Administración. Eso no quiere decir que no haya casos y la posibilidad de que, no sólo en caso de torturas, no haya separaciones del servicio que es en realidad una “muerte civil” del funcionario. Además, al personal laboral lo pueden despedir como a todo hijo de vecino. Lo que quiero decir es que, como tú bien dices, en la Administración puede que no haya premios, y eso puede provocar desidia (en evitarla o no es donde entran las motivaciones, que son algo más personal y no tan “alimenticio”) pero desde luego donde no los hay es en la mayoría de las empresas privadas. A mí el hecho de que te renueven el contrato o te hagan fijo después de que hayas cumplido con tu cometido no me parece un premio, un premio es un ascenso, una mayor confianza en tu trabajo, la mejora de tus condiciones laborales, vacaciones extras. Pero el hecho de mantener tu trabajo cuando has cumplido me parece una consecuencia normal. Sin embargo, en este país no mantiene el trabajo ni el tato porque se valora más el beneficio a corto plazo que supone tener mano de obra barata y precaria, aunque sea a costa de una escasa cualificación y motivación, que la seguridad que reporta tener trabajadores estables, cualificados y reciclados continuamente, aunque sean más caros. Y la consecuencia es: para qué me voy a matar, si haga lo que haga, si le da la gana al jefe cuando acabe este contrato con sueldo de miseria me va a dar una patada en el culo. Y , creedlo o no, esto el cliente lo nota, el servicio se resiente y le parece un insulto. Muchas veces he dicho que si los todos los clientes nos plantáramos, mejoraría el servicio y las condiciones de los trabajadores. El trabajador crea un la mayor parte de la riqueza real (la que se escapa a la “burbujas”) no creo que se le esté haciendo un favor ni dándole una limosna cuando se le contrata, pero parece que este es el mensaje que se lanza cuando se dice que hoy en día la estabilidad en el empleo es un privilegio y no un derecho. Saludos.
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Lempicka 23/05/10 17:09
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Jatoro: Lo primero que te agradecería es que no mezcles en el debate “cargos políticos” con empleados públicos. Lo que nos faltaba, a ver si ahora los empleados públicos vamos a ser responsables de las corruptelas que existen, desde la del más pequeño ayuntamiento, hasta el Gurtelazo. Vuelvo a hacer referencia al escaso sentido de lo colectivo que tenemos en este país. Nuestra escasa cultura política nos hace ver la corrupción como normal y “algo que hacen todos”. Creo que en este, como en muchos otros, la transición tiene un cero patatero, y le quedará la asignatura pendiente por los siglos de los siglos. En un país donde la gente no se avergüenza de defraudar al fisco, donde el que tiene posibilidad de defraudar y no lo hace es un idiota, donde una gran mayoría cobra parte de su sueldo en “B”, donde todo lo público se ve como deficiente es normal que sea una presa fácil de la ideología que propugna el FMI de recorte de gasto (siempre en el capítulo “social”, nada que hablar de aventuras en Afganistán ni gasto militar superfluo) en contraposición a aumento del ingreso. (Por cierto la propuesta original de Fernan2 era que expusiéramos alternativas y como siempre, hemos acabado hablando _ yo la primera _de lo malos o buenos que son/somos los empleados públicos. Qué país) Añadiendo que no me gusta generalizar y respeto a muchos emprendedores honrados que nos dan un servicio magnífico, también he de añadir que hay muchos de ellos que, siguiendo el ejemplo de las trasnacionales, han preferido el beneficio a corto plazo, contratando personal esclavizado, cuando no inmigrantes sin papeles ni derechos, dando un mal servicio y, como en el país de los ciegos, el tuerto es rey, (eso cuando no hay un acuerdo entre todos para ser todos “ciegos”) al usuario muchas veces no le queda más remedio que contratar sus servicios. Aquí de un día para otro surgía una peluquería, una fontanería, una empresa de reformas montado con gente sin preparación alguna. En la última reforma, en la que nos cobraron un potosí, mi marido tuvo que decirle al fontanero cómo montar los manguitos de un inodoro moderno, (con la peana pegada a la pared) y el tío, con dos cojones (con perdón) le llamaba, a partir de ese día “maestro”. En Alemania, todos los profesionales, deben tener un carnet, que deben renovar cada cierto tiempo para demostrar su capacidad y reciclaje. Aquí si hoy no me va bien de fontanero, mañana me hago encofrador. Esta manera de ser “emprendedor” de algunos no me parece seria. Amigos autónomos, contesten por favor a este cuestionario: ¿Tienen empleados? ¿Les pagan un sueldo que les permita llevar una vida digna y todo en “A”? ¿Si tienen un buen empleado profesional y cumplidor se comprometen con él y en su fuero interno que, yéndoles bien el negocio y sin perspectivas de que éste empeore no le van a despedir para contratar a uno que les salga más barato merced a la última subvención ofertada por la última reforma laboral? ¿Declaran sus impuestos con honradez? ¿No cambian de mercedes o 4x4 familiar de 48.000 Euros todos o cada dos años a cargo de la empresa, para que por lo menos por ése importe “esos cabrones” no me cobren impuestos? ¿No van en ése mismo vehículo a las Administraciones Públicas a solicitar una plaza en colegio (casi siempre concertado o público de buena fama), beca o subvención ostentando una declaración de IRPF de miseria?. A eso me refiero cuando hablo del sentido de lo colectivo, y cuando hablo de que todos los trabajadores deberían tener como mínimo la misma estabilidad que un funcionario en contraposición a la moda de llamar “privilegio” a tener unas condiciones laborales dignas. Hablas del control del gasto en lo privado, Ahí está la madre del cordero. La Administración Pública (no los funcionarios que no somos santos ni seres superiores) tiene la misión última de, controlando el gasto y la gestión, por supuesto, de prestar servicios, en la mayor parte de las ocasiones básicos. Ahí no estoy de acuerdo con los que dicen que es lo mismo que te atienda la Seguridad Social que un centro privado. Aunque hace años que la sanidad pública se está contaminando con estas prácticas, la misión de un Estado es cuantificar el “beneficio social”, eso una empresa no lo tiene en cuenta, y si se trata de una peluquería no hay ningún problema. La cosa se complica cuando ésta es una empresa concesionaria de la prestación sanitaria pública en un hospital privado: Ejemplos: En el hospital de Parla sólo hay una limpiadora en el turno de noche. El hospital de Arganda tuvo que cerrar el servicio de Obstetricia y Ginecología ante la negativa de sus facultativas a seguir trabajando en condiciones inaceptables e insalubres. Como consecuencia en el hospital de Móstoles se interrumpieron tratamientos de fertilidad ya comenzados y se suspendieron los solicitados y concedidos porque había que mandar ginecólogos a los hospitales privados. ¿Qué prima aquí? ¿El buen servicio, o “el control de gasto” mirando únicamente el beneficio del empresario? Legítimo repito en tu propia empresa y con material menos sensible. A lo que tendemos es muy fuerte. Repito que estoy totalmente de acuerdo con una buena gestión y reclamación de responsabilidades a los responsables de los desmanes, y creedme que, nadie más interesado que los empleados públicos de las escalas básicas en que esto sea así, pero también repito que nunca, y menos ahora ha interesado hacerlo por parte del puede. En este país nos gusta criticar, pero cuando llega la hora de organizarse y reclamar todo el mundo mira para otro lado. Aunque en algunas ocasiones parezca que no sirve de nada, por lo menos no podrán decir, como hacen a veces, que todo el mundo estamos contentos porque no tienen apenas reclamaciones. Para que quede clara mi posición, diré que soy empleada pública de escalas básicas (C2) no pertenezco a ningún sindicato, que me producen alergia los mayoritarios (CCOO, UGT, CSIF, CSTI...) que no pienso salir a un huelga sectorial, que llevo años deseando que se convoquen manifestaciones, movilizaciones, huelgas generales incluso para protestar por la situación de todos los trabajadores y por el empeoramiento de los servicios públicos. Que no se ha movido un dedo (ni sindicatos ni medios), que no se ha enterado nadie del expolio, entre otros de la sanidad a pesar de la movilización de sus trabajadores y usuarios (para el que quiera enterarse www.misaludnoesunnegocio.net ). Que me he negado a salir a cualquier huelga que contamine las reivindicaciones de mejora de prestación del servicio y de más gasto público con las económicas. Pero a pesar de todo, me parece una burla y un insulto a nuestra inteligencia lanzar el mensaje de que superaremos nuestros problemas con los recortes anunciados, aprovechando el resentimiento del que lleva años desprotegido y sin ser escuchado para practicar la demagogia. Porque lo que más pena me da es que esto no es más que un aperitivo y justificación a la próxima reforma laboral, que a la sombra de una “reconversión estructural” traerá como siempre más precariedad y sufrimiento a los mismos, que al cabo de 2 meses se convertirá en “normalidad”. Creo que debemos crecer como país y hacernos conscientes de quien nos está robando a todos (trabajadores por cuenta ajena, autónomos, empleados públicos) no sólo nuestras retribuciones, sino nuestros servicios públicos, situación que, a pesar de lo que pensemos, como no seamos el político corrupto que se lleva la comisión o el dueño de la multinacional que prestará los servicios privatizados, nos va a perjudicar a todos. Echemos un vistazo a EEUU, en lo que se refiere a sanidad. O veamos “Sicko” de Michael Moore. Estoy mucho más preocupada como usuaria que como trabajadora (que también) El problema no son sólo los recortes, es lo que conllevan y auguran. Mis mejores deseos a todos y disculpad la extensión de mi intervención (he querido contestar a todos).
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Lempicka 22/05/10 05:27
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Para Almotamid: Siguiendo tu argumentación muy en la línea conductista, creo que se produce una pequeña contradicción. Habla de “incentivos”, que se asimilan a “premios”, que es la base de la teoría citada en contraposición de los “castigos”. Luego pasas a hablar de “consecuencias” donde te refieres a “castigos” ¿dónde están los incentivos de los que hablabas en primer lugar? Los trabajadores, como personas que somos, (no ratas de laboratorio) actuamos entre otras cosas, según nuestros valores o motivaciones. Por eso hay diversidad de personal en todos los centros, públicos o privados, en los cuales se suele aplicar el mismo criterio con todos En un país donde no se valora lo colectivo se gasta poco y mal en administración pública, con el consiguiente resultado y prolifera la idea de que todo es un despilfarro. En eso tenemos que aprender mucho de los nórdicos. Motivaciones últimas serían sentirse respetado, poder tener estabilidad y un proyecto de vida, obtener reciclaje, cobrar a fin de mes y ser consciente de que el sueldo de uno está siendo financiado con recursos públicos. En mi caso concreto, creo que mi rendimiento sería mucho menor trabajando en una empresa que no me reportase todo eso. Obsérvese sino “el buen trato” al cliente, la productividad y profesionalidad del personal de cada vez más empresas privadas. Casos conocidos por mí de primera mano: Empleado de correos separado de servicio por tirar una saca al río en una movilización de huelga. Empleada del INEM sorprendida en una trama con una empresa para falsear la edad de los trabajadores de 45 años encarcelada y separada de servicio Con y sin ilícito penal, a los empleados públicos SÍ se le puede despedir y se les despide. El EBEP, en muchos de sus artículos es mucho más duro que el Estatuto de los Trabajadores. En cuanto a la reclamación: Con la razón y la ley honestamente en la mano, siguiendo el procedimiento, lo raro es que no te la den en una u otra instancia. Un saludo.
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Lempicka 21/05/10 23:31
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Jatoro, no dudo que puedas estar diciendo la verdad, pero tu pueblo me parece kafkiano e irreconocible desde mi punto de vista. Y si esto es así, aparte de lo que les toca de culpabilidad a los interfectos, la culpa es de la Administración por su falta de control y su mala gestión. Es un mal que aunque se ha corregido bastante, aún queda alguna rémora, que, dicho sea de paso, ante la moda privatizadora interesa poco corregir. En todos los trabajos hay de todo, tanto en la pública como en la privada, por tanto, tu visión me parece un tanto sesgada, o es que, verdaderamente estás rodeado de un universo de funcionarios made in España de Franco y tienes muy mala suerte. Actualmente y, salvo excepciones puntuales, en las Administraciones Públicas donde permiten a una persona darte información o atenderte cara a cara o telefónicamente, es donde me he encontrado como usuaria mejor atendida y más respetada. He notado que el personal es profesional y mucho más amable que antaño y, en la mayoría de los casos, tiene, como todo hijo de vecino, que fichar y dar cuenta de su horario y rendimiento. En mi centro de salud, los médicos y ATS, tienen que atenderte en 5 minutos de reloj si quieren sacar adelante a todos los pacientes, pero muchos de ellos, aún así y a costa de su horario emplean más tiempo en atenderte, según tus necesidades. Si vas a renovar recetas y tienes que esperar el retraso te puedes cabrear un poco, pero yo lo prefiero pues se que cuando lo necesite también me van a atender bien. Otra cosa es el maltrato que sufre la sanidad en mi Comunidad Autónoma, pero en ese aspecto, desde luego no es responsabilidad de sus trabajadores. Mi hija va a un I.E.S. público a estudiar E.S.O., y ahí hay de todo, pero en términos generales estoy satisfecha del trabajo de la mayoría de sus profesores, que se preocupan por todos los alumnos, a pesar de las condiciones que tienen que sufrir recibiendo durante todo el curso nuevos alumnos, a veces originarios de otro país, con escasos conocimientos de español, y tratar de balancear el curso cada dos por tres, procurando que los demás no lo noten. (Los concertados, en mi C.A. no sufren estos problemas) Antes había ido a una Escuela Infantil Pública con educadores inmejorables y a un colegio de primaria público con excelentes profesores. También he tenido alguna mala experiencia con los empleados municipales de piscinas e instalaciones deportivas de la localidad donde vivo, pero este mal endémico del lugar, el ambiente y la clase de trabajadores, muy concreta, para mí es anecdótico en la totalidad de los Servicios que disfruto. Soy empleada pública, trato de ser consecuente con mi cometido y no hago nada de más pero, por eso precisamente, soy extremadamente crítica y exigente como usuaria, así, que no creo que tenga una imagen idealizada del trato que recibo por parte de otros empleados públicos. Sin embargo, llamo a un número de atención al cliente de una operadora de telefonía móvil o a un proveedor de servicios de internet y antes de que “me atiendan” ya estoy cabreada. No tener ni idea de lo que les pregunta, tenerte al teléfono media hora sin darte una solución, o darte una que ya sabías tú antes de llamar y que, evidentemente no funciona y, finalmente pedirte que tomes nota del nº de incidencia. Eso sí es eficacia y profesionalidad. También cuando voy a un centro comercial de electrodomésticos o bricolaje y busco y no encuentro a nadie que me atienda, descubro un punto de atención con tres o cuatro dependientes charlando animadamente, procuro acercarme a ellos mirando hacia otro lado, porque como los enfile de frente se dispersan antes de que yo llegue (deben tener un radar en la nuca) y si pillo a alguno de ellos por el camino me dice, “Disculpe, esta no es mi sección”. Si alguien quiere justificar esta actitud apelando a la explotación y abuso, no lo voy a negar, pero tampoco que como usuaria hace mucho tiempo que me siento mucho mejor en muchos ámbitos de las Administraciones Públicas, en un mundo en el que todos los días tienes que salir de casa con el cuchillo entre los dientes para que la empresa privada no te estafe, te robe, te chulee y encima te trate como un trapo a pesar de ser el antes tan respetado “cliente” Así, Jatoro, que me parece o que yo tengo mucha suerte y tu muy poca, o que vivimos en galaxias diferentes. Aún así, recibe un cordial saludo.
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Lempicka 21/05/10 06:16
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En cuanto a alternativas, haberlas, haylas, otra cosa es que deberían haberse aplicado mucho antes para evitar llegar a esta situación de endeudamiento y de cifras de paro. Vicenc Navarro nos habla de incremento de ingresos. Somos un país socialmente subdesarrollado donde el gasto social es bastante menor que en otros países de la zona euro, pero siempre se ha evitado (gobiernos “socialistas” incluidos, cuando no son más papistas que el Papa, léase PP) mantener una progresividad decente en la imposición, primando, como vemos últimamente la indirecta, ligada al consumo, sobre la directa que grava las rentas altas. A pesar del raquítico gasto social, al haber invertido en rescatar entidades financieras, empresas del automóvil, etc. nuestra deuda pública se ha disparado, es decir, los causantes de la crisis no sólo nos han robado las reservas, sino que han provocado endeudamiento. Pero eso no es todo. Además no pagan, o pagan mucho menos de lo que deberían, y con ellos, las élites privilegiadas. Creo que hay mucha tela que cortar antes que de reducir gasto social y sueldos a los empleados públicos. En cuanto a la situación de “privilegio” de los empleados públicos, reniego de tal definición. Darla es legitimar y dar por hecho de que es normal la explotación y la esclavitud. Es verdad que la estabilidad que hasta ahora tenía un empleado público (no interino, todo hay que decirlo, porque muchos de ellos engrosan un alto porcentaje de las administraciones y se les utiliza como un kleenex) hace años que dejó de tenerla el empleado en el sector privado, y comparativamente su situación es mejor, pero de esto a decir que tener la posibilidad de un proyecto de vida regular, poder defender tus derechos en base a tu estabilidad y unos ingresos más que magros y decrecientes, pero más o menos regulares es un “privilegio” es como decir que no estar ciego, discapacitado, y poder comer todos los días también es un privilegio y no un problema o reto de obligado cumplimiento tratar de evitar, o mitigar el sufrimiento del que está en esa situación. Me da pena la utilización de lenguaje en este sentido, por que es muy perversa. Yo, desde hace muchos años, mucho antes de la “crisis” estoy llevándome las manos a la cabeza con la deriva que están tomando los derechos sociales y laborales en el mundo y, en especial en este pais. Pero la situación de empeoramiento parece que anestesia a la gente, hasta el punto de que no se indignan ante campañas publicitarias tipo “Una comida por 1 euro al día” de Carrefour o “Dónde caben 2, caben 3” de Ikea . Pues eso, utilizar la vía del ingreso, dejar de despilfarrar en asesores, altos cargos, etc., pero sobre todo dejar de despilfarrar externalizando servicios públicos, donde la empresa gestora se lleva sus buenos beneficios del erario público (se está financiando lucro privado con dinero público) a costa de explotar a su escaso y mal pagado personal, y prestando, por tanto, un servicio más deficiente que el anterior y más caro también en términos absolutos.
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