Las empresas se largan no sólo cuando tienen ocasión, sino cuando la mayoría de los contratos son precarios y se les facilita el despido en tiempos baja demanda interna, después, claro está, de haber hecho una sustanciosa caja en uno de los países con los sueldos más bajos de la UE y en el que se confunde propiedad con hipoteca de por vida. Si no se van, pues ya se sabe: despidos masivos ante beneficios históricos, que si no no se puede seguir compitiendo.
Y si de lo que se trata es de contar anécdotas, yo he visto mandar "a la puta calle" (palabras textuales, no por parecer ordinario) a un trabajador por considerar que hacer 9 horas obligatorias y cobrar sólo 8 le parecía un abuso. A partir de las 9 horas, ya eran extras, y también textualmente, "sí o sí". Ya se imaginarán lo que pasaba en algunas fiestas de guardar. Desde luego las subidas salariales, en los contados casos en que se daban, eran en negro. He tenido algún compañero que al ser operado (hernia discal, no depresión) no le a quedado otra que dejar de cobrar parte de su sueldo, claro. Y cómo... ¿Que no han visto nunca a un empresario cobrar del seguro por depresión? Pues han visto ustedes poco.
Desconozco si en Alemania son vagos o no. No creo que un país de vagos exporte tanto ni de tanta calidad. En las grandes empresas alemanas (Siemens, BMW, Daimler) los trabajadores tienen el mismo número de representantes en los Consejos de Dirección que el equipo gestor. Las pequeñas y medianas empresas eligen a un tercio del comité de empresa y todas tienen consejos consultivos de trabajadores, que opinan sobre las decisiones de la empresa y tienen poder de veto en asuntos de gran importancia. Supongo que es por eso que allí los trabajadores se deprimen menos, no como aquí, que en cuanto se enteran de que tras el segundo contrato de 6 meses van a ir "a la puta calle", valgan o no, que salen muy caros, les da la psicosis. Y luego, como todo el mundo sabe, a chupar del Estado.