Si, es cierto que las viviendas envejecen. Y mi técnica es comprar viviendas, a buén precio, en épocas que la gente no compra, y que los que venden lo hacen a buen precio, en buenas fincas, en buenas zonas de los sitios que conozco, y rehabilitarlas totalmente, con mis propios profesionales, y asi tengo esos 10-15 años primeros, con pocas incidencias estructurales. Mis cálculos de rentabilidad los hago contando el precio de compra, impuestos, arreglos, mobiliario y cualquier gasto, hasta empezar a cobrar efectivamente el alquiler. Si el precio del inmueble no me da una rentabilidad que fijo a priori, no lo compro. El precio que le pongo suele ser algo más bajo que el de mercado en su momento, pues una de las partes más delicadas de este negocio es la elección del inquilino, ya que de él depende de que todo vaya bién. Como es buén artículo, y buen precio, siempre suelo tener una buena cantidad de aspirantes, y la elección la hago en función de las sensaciones que me ofrecen las personas. Una condición que siempre me ha ido bién, es escoger a una pareja que tenga como mínimo un niño y que trabajen los dos. Cuando algún piso se queda vacio, lo actualizo hasta dejarlo como nuevo. Y si, anecdotas tengo también un montón, pero intento siempre desactivarlas con la mejor voluntad del mundo.