Cide H. Benengeli
28/01/15 22:22
Ha comentado en el artículo El final de los arrendamientos de locales de renta antigua
ir al comentario
Sí...
Y no...
Cuando se realizaron esos arrendamientos la legislación establecía la prórroga forzosa a favor del arrendatario de forma indefinida. Esa legislación, franquista o no, era la que había. Al propietario le cabía la posibilidad de vender su inmueble, y olvidarse de él, a cambio de un precio, o bien alquilar su inmueble, y olvidarse de él (, a cambio de una renta, actualizable de aquella manera.
Ésas eran las reglas del juego. Nadie estaba obligado a alquilar su inmueble, como tampoco a venderlo, pero si lo hacía: las reglas estaban claras.
Qué es lo que hacía el propietario que prefería alquilar. Cuidarse de que la renta fuese lo suficientemente alta para recuperar su inversión en los primeros años, asumiendo que después la renta sería despreciable. Y si no lo hacía así, era su... perdón, era SU... problema. Haber vendido.
Lo que ha ocurrido después es de sobra conocido. Con el paso de los años y la afición del Estado a fabricar billetes, esas rentas han devenido en residuales.
Llorones, de los dos bandos. Todos tienen sus razones. Pero lo que no hace ninguno de los llorones es echar la culpa a quien la tiene realmente, a sus abuelos, a los abuelos de sus abuelos...
Es decir, el que se queja de que el inquilino le paga una miseria, de que Franco protegía a los otros, que los socialistas no tuvieron gónadas para echar a los arrendatarios de renta antigua... no ve que quien tuvo la culpa fue su ancestro, que en lugar de dejarle una propiedad libre de cargas, se la dejó con un bicho... Claro, porque dejársela al descendiente llave en mano, hubiese sido renunciar a unas rentas que a lo mejor le eran muy necesarias para, a lo mejor, darle de comer al padre del ancestro. Y si en vez de alquilar, hubiese vendido, lo más fácil es que al heredero no le hubiese tocado nada de nada, pues quién sabe si el abuelo se lo hubiese fundido en un lupanar o se hubiera comprado un haiga... Y aun así, han heredado algo, pues hay mercado para estos inmuebles, lógicamente a un precio más reducido.
El abuelo, el culpable es el abuelo... el que firmó el contrato de alquiler.
La propiedad no es un derecho absoluto