Incido en el comentario nº2, en el sentido de que el vago suele tener una capacidad asombrosa para falsear esos indicadores, haciendo que aunque no trabaje tanto como los demás, parezca que lo hace igual, al obtener unos indicadores aceptables.
Por ejemplo, el indicador más típico es el fichaje de entrada y salida: el empleado público tiene que hacer x horas a la semana, que antes eran 35 y ahora se van a subir a 40. Esto no va a hacer de ningún modo que trabajen más los empleados públicos, sino que estén presentes más horas en la oficina (me refiero a trabajos administrativos o burocráticos), gastando más luz, aire acondicionado o calefacción,... ¿Significará que realmente el empleado producirá más durante esa permanencia en el puesto de trabajo? Pues no necesariamente.
Otros indicadores son los de esta herramienta que comentas, y que, aun sin conocerla, mucho me temo que no será la panacea. ¿Qué pasará si el vago sabe que le van a controlar el ordenador hasta ese punto? Pues dejará de usar Internet, Facebook, el chat,..., y se limitará a leer el periódico o su móvil personal con tarifa plana de Internet. Los indicadores que resultarán de la evaluación de esta herramienta podrán ser cojonudos, pero el funcionario seguirá realmente sin trabajar.
Si lo llevamos al extremo, podríamos poner cámaras para vigilar lo que hace cada funcionario en su puesto de trabajo, junto con una herramienta como el "Workmeter", pero llevándolo al extremo, podrías tener al funcionario presente de cuerpo, pero no de espíritu. Es lo que se llama, en algunos ámbitos de la Administración, los "mente-ausentes"´(algunos van más allá y son también "cuerpo-ausentes", todo el día escaqueados). La siguiente vuelta de tuerca sería poner un mecanismo para examinar la mente de los trabajadores públicos...
Todo esto me parece absurdo, y creo que todo sistema que no evalúe los resultados realmente obtenidos durante el trabajo de un trabajador no lleva a ningún sitio útil. El problema es que establecer un sistema de evaluación de objetivos es mucho más difícil que un simple sistema de control presencial o un software que lo instalas y te olvidas. Creo que habría que fijarse en lo que hacen las empresas privadas, y tratar de copiarlas en lo bueno (adecuación de los resultados a los objetivos fijados). Por ejemplo, ¿acaso un vago o un trabajador innecesario permanecerá trabajando para una empresa privada? NO (salvo que se trate del hermano del dueño de la empresa, claro)