Es interesante todo lo que planteas y tiene mucho sentido si uno sigue el hilo de fondo. La economía, aunque a veces parezca caótica o caprichosa, casi siempre responde a lógicas profundas, incluso cuando sus movimientos parecen erráticos o contradictorios. En el caso de Estados Unidos, el gran tema de fondo, más allá de la bolsa, los aranceles o los titulares llamativos, es efectivamente la deuda. Pero no tanto por el nivel absoluto, que lleva creciendo décadas sin causar un colapso, sino por las condiciones en las que esa deuda se tiene que refinanciar ahora. Durante años, los gobiernos podían endeudarse a tipos de interés muy bajos, incluso negativos en términos reales. Eso hacía que endeudarse no fuera tan preocupante: el coste era bajo y la economía crecía más rápido que los intereses que se pagaban. Pero desde 2021 el escenario cambió bruscamente. La inflación obligó a la Reserva Federal a subir los tipos con rapidez, y ahora refinanciar esa enorme deuda sale muchísimo más caro. Solo el pago de intereses se está comiendo una parte creciente del presupuesto federal. Y lo que viene es que una parte muy significativa de esa deuda vence este mismo año. Eso aprieta. Por eso, muchos de los movimientos actuales pueden tener una lógica que va más allá de lo inmediato. Enfriar la economía, enfriar la bolsa, generar algo de aversión al riesgo… no para castigar a nadie, sino para intentar que el dinero se desplace hacia la renta fija, es decir, hacia los bonos del Tesoro. Si hay más demanda de bonos, su rentabilidad baja, y eso a su vez facilita refinanciar la deuda en mejores condiciones. En paralelo, una economía más lenta, con menor consumo, también ayuda a bajar la inflación, lo que abre la puerta a que la FED pueda reducir tipos más rápido. Y si eso ocurre, el coste de refinanciar la deuda también se suaviza. Todo encaja, al menos sobre el papel. ¿Funciona siempre? No. ¿Está garantizado? Tampoco. Hay muchos riesgos políticos, geopolíticos y sociales. Pero entender que detrás de ciertas decisiones aparentemente caóticas hay a veces estrategias macroeconómicas complejas, ayuda a leer mejor lo que pasa. Y como bien apuntas al final, en estos escenarios de alta volatilidad también se abren oportunidades para quienes entienden los mecanismos del mercado y saben gestionarlos con cabeza. Pero eso ya es otro capítulo.