Todos al suelo. Silencio sepulcral. No hay cámaras. Miles de velas
PROSIGUE.....
>>encendidas, y se rompe el silencio con el grito lleno de orgullo: viva
>>Madrid, y todos gritamos, viva, viva Madrid. Aznar escucha, el pueblo
>>está en lucha, y las riadas humanas avanzan hacia el Congreso. En la
>>radio solo se oye música y resúmenes del partido del Real Madrid.
>>Las voces ya cascadas por el paso de las horas, los pies doloridos, y
>>no
>>hay miedo, no hay policía, solo el helicoptero rugiendo encdima de
>>nuestras cabezas, y una sensación de euforia al ver que somos tantos,
>>que somos incontables. "También estuvimos en la manifestación de
>>ayer", decçian algunos cartones a modo de pancarta. Frente al
>>congreso, las lecheras protegiendo el recinto sagrado donde unos
>>cuantos
>>toman las decisiones sin preguntar. La gente vuelve a gritar, dijimos
>>no
>>a la guerra, dijimos no a la guerra, vuestra guerra, nuestros muertos,
>>un pozo de petróleo por un pozo de sangre, embushteros, tve= nodo,
>>urdaci nazi, queremos ! la verdad.
>>
>>Pasamos el congreso, llegamos a la Gran Vía, seguimos por Hortaleza.
>>La gente sale de los bares, los pubs y las discotecas. Unos se unen,
>>otros provocan preguntando qué pasa y por qué tomamos las calles, y
>>Madrid avanza imparable bajo la atenta mirada del helicçoptero. Los
>>porteros de las discotecas desde las que sale música evasiva y alegre
>>nos miran alucinados, tratando de proteger los imperios del alcohol y
>>la
>>música entretenida. Llegamos a la sede del PP de nuevo, y la gente,
>>pese al cansancio, sigue aullando. Cuatro, cinco de la mañana, y la
>>gente grita hoy protestamos, mañana os cesamos, a la hora de votar se
>>tiene que notar, asesinos, mentirosos.
>>
>>Agotada regreso a casa. En Sol hay cientos de velas encendidas, y
>>decenas de ramos de flores y carteles, cartas, gritos de papel donde la
>>gente demuestra su solidaridad y su cariño. La gente se arodilla,
>>enciende más velas, y todo está en silencio. Siguen las pancartas
>>colgando de todos los rincones de la Puerta del Sol; los servicios de
>>limpieza esta vez respetan el dolor de una ciudad entera que llora a
>>sus
>>muertos. Banderas de todas partes del mundo, y escritos en árabe, no
>>al terrorismo, PP responde, mensajes de las familias de los fallecidos,
>>basta de horror, queremos la verdad, televisión manipulación, y
>>cuatro mendigos apoyados contra la pared, rodeados de velas, en
>>silencio. El pueblo llora, el gobierno miente. Lucía no te olvidaremos
>>nunca. Papá te quiero. Esta no es nuestra guerra. Agotada, no puedo ni
>>moverme de allí. Porque si la gente expresaba la rabia ante la mentira
>>en la calle Génova, allí se concentra el dolor, el silencio, velas
>>encendidas y flores cong! eladas del frío que hace.
>>
>>Esto es lo que sucedió en Madrid la víspera de las elecciones. Y si
>>en los medios no se quiso recoger esta toma de las calles por parte del
>>pueblo madrileño, por lo menos que se difunda por la Red lo que
>>pretende ser acallado y ocultado. Porque algo ha cambiado desde anoche:
>>ya no tenemos miedo. Ni en Madrid, ni en el resto de las ciudades, ni
>>los pueblos.Y no necesitamos partidos políticos que organicen
>>manifestaciones: ya sabemos que internet y los móviles cuentan lo que
>>no cuentan los medios oficiales, y ya sabemos que tenemos una
>>herramienta de comunicación, la del boca a boca, para expresarnos. Se
>>nos han negado los derechos fundamentales que recdonoce nuestra
>>Constitución, y el pueblo ha pagado caro la incursión de su gobierno
>>en una guerra por petróleo. Un pueblo que nunca ha tenido problemas
>>con el mundo árabe, un pueblo que se indigna ante la mentira y los
>>insultos del candidato a la presidencia de España. Madrid demostró
>>que está llena de gente de todaslas nacionalidades, edades y
>>condiciones sociales que son sensibles, y fue anoche la verdadera
>>democracia, la de la soberanía del pueblo, en la que