El discurso del Reydículo.
Es indiscutible que la crisis económica que sufre España ha provocado desaliento en los ciudadanos, y que la dificultad para alcanzar soluciones rápidas, así como los casos de falta de ejemplaridad en la vida pública, han afectado al prestigio de la política y de las instituciones. Sin embargo a mí, como monarca, lo de vuestras soluciones rápidas me la trae floja. Sois un pueblo de mierda que se ha dejado empobrecer a costa de los elefantes que mato, de las Corinnas que me trajino y de los banqueros que sufragan mis vicios mientras con vuestra miseria los rescatáis de su hiperabundancia, que engorda.
La convivencia, como todo el mundo comprende, es el equilibrio entre mis privilegios, y los de mi gente, y vuestra mansa apatía. Cuando os hablo de salud moral, españoles, sé de lo que me hablo, porque yo antes andaba mucho mejor de salud que de moral, aunque ahora se me van igualando. Y os conmino a observar, con paciencia y resignación cristiana, cómo mi hijo, cuyo único mérito es ser alto, va a ser rey de España, mientras vuestro hijo biólogo, vuestro médico, vuestro filólogo o vuestro nascisuturus indeseado va a terminar limpiando váteres en los arrabales de Mönchengladbach. Mi moral y vuestra salud son, a mi pesar, antónimos.
Cuando en octubre de 1975 acompañé a Franco en el balcón del Palacio Real, para apoyar con mis aplausos los últimos fusilamientos revanchistas de la dictadura, lo hice pensando en que era bueno para España. Y para mí tampoco estuvo mal. Después de aquello, Franco se subió en un taburete y me puso en la cabeza esta corona. Desde entonces no he hecho más que trabajar por España y matar a todo aquel elefante que, desde Africa, amenazara la unidad de la nación con su antipatriotismo. La nación española es indisoluble, razón por la cual nunca la he confundido con un azucarillo.
Por último, significaros que nuestro gobierno y la banca March, o la que sea, siguen trabajando en sintonía para alcanzar vuestro bienestar y permitir que hoy os pueda decir, con el orgullo de ser vuestro rey y de ser español: ¡Feliz 1936 en 2014, españoles casi todos!