La economía española parece que no pierde temperatura pese al frío de actividad que comienza a soplar en los pàíses de nuestro entorno. En verano, es decir, en el tercer trimestre, España registró un crecimiento del 0,7% frente al anterior periodo, por lo que se convirtió en el segundo país de la UE que más creció en verano. Solo Portugal superó a la economía española, con un 0,8%. Pese a la falta de Gobierno y a la desaceleración –que de momento ha restado una décima al crecimiento intertrimestral frente al 0,8% de los anteriores– España avanza a dos veces más velocidad que la media de la Eurozona que registró un 0,3%. Y con visos de mantenerse: la Autoridad Fiscal pronostica de momento un 0,9% de aumento para el cuarto trimestre.
Si España aparece como un inesperado motor económico para Europa, Alemania ha bajado el ritmo de forma inusitada. Sus estadísticas, conocidas esta semana, han caído como un jarro de agua fría. Ya se esperaba un crecimiento del PIB al ralentí, pero la estadística va más allá de las previsiones con solo un 0,2% en el tercer trimestre, cuando en el primero fue del 0,7% y en el segundo de 0,4%. Y lo peor es que las perspectivas a futuro se están enfriando. Mientras tanto, España triplicó el crecimiento de la locomotora germana en verano.
Las expectativas se rebajan. En noviembre el Ministerio de Economía alemán auguraba que a la mejora de la economía interna «se sumará una mejora del comercio exterior». Esta esperanza, sin embargo, se ha desinflado. Berlín ya ha admitido que el sector exterior contribuyó negativamente al crecimiento económico en estos tres últimos meses, ya que las exportaciones se contrajeron con respecto al trimestre anterior.
Mientras tanto, las exportaciones españolas continúan pujando fuerte en el mercado con un crecimiento del 2% entre enero y septiembre frente a 2015, el doble que las alemanas. Todo ello en un momento de desaceleración del comercio mundial y con el conjunto de la Unión Europea menguando sus ventas al exterior un 4% frente al año anterior. Pese a que en sus últimas previsiones la Comisión Europea auguraba mayor déficit y deuda a España, Bruselas proyectaba un crecimiento de las exportaciones del 6,1%, el segundo mayor del euro, mientras que para Alemania auguraba un 2,6%.
Junto a ello, el consumo en España continúa manteniendo un crecimiento vigoroso, de cerca del 3% lo que se une al verano récord de turistas. Agitado en la coctelera, todo ello hará que nuestro país crezca un 3,2% este año, frente al 1,9% que Bruselas espera para Alemania.
Si las exportaciones y el crecimiento son dos de los fuertes de la economía española, sus debilidades están ligadas a las administraciones y al empleo. Mientras la tasa de paro de Alemania es menor al 5%, en España continúa por encima del 19%. El otro flanco donde se evidencia la fuerte vulnerabilidad de la economía española es su sector público: España fue en 2015 el país de Europa con un mayor déficit, con un 5% del PIB, mientras que a mitad de año era el sexto país de la UE con una mayor deuda pública (un 100,5% del PIB). Mientras tanto, Berlín obtenía un plácido superávit del 0,7% del PIB y su deuda estaba en junio en el 70,1%.
Como fuere, ambos países tienen dos fenómenos similares que enfrentar. Berlín admitió la semana pasada que la economía del país se estaba ralentizando debido a la incertidumbre que ha inyectado el Brexit y al resultado de las elecciones en EE.UU. El Brexit afecta a ambas economías de forma similar. La decisión de Reino Unido de abandonar la UE reducirá al menos en un cuarto de punto porcentual el PIB alemán el próximo año, según los cálculos del Instituto de Análisis Económico de Colonia (IW). Para España, BBVA Research calcula una caída de entre 0,3 y 0,4 puntos porcentuales del PIB.
Respecto a la nueva administración estadounidense y los planes proteccionistas de Trump, su repercusión solo puede ser negativa. Estados Unidos es el mercado exportador más importante para Alemania, con prácticamente el 10% de todas sus ventas al extranjero. En 2015, las compañías alemanas vendieron bienes valorados en 114.000 millones de euros a EE.UU., principalmente vehículos, maquinaria y productos químicos.
Las firmas españolas exportaron a la economía norteamericana 11.410 millones, un 4,6% del total, si bien España tiene déficit comercial con EE.UU. El Instituto IFO de Múnich estima que más de un millón de puestos de trabajo en Alemania dependen de esas relaciones comerciales. Deustche Bank calcula que mientras a Alemania le podría afectar en un punto de PIB, España será uno de los países menos perjudicados, con solo un 0,2%.