Pues te diría que la página nos resultó publicidad engañosa, la primera línea de playa es un restaurante que por la ventana ves el jardincito que tienen con macetas de dónde cogen las florecitas que luego te quieren hacer comer en el plato. Y a mí me entró un complejo de vaca rumiante que ni te cuento.
He ido dos veces, la primera con mi marido -de carta y pagando... y llorando después por haber hecho el primo- y no me gustó la experiencia brumosa. Mucho nitrógeno líquido, demasiada química, me daba la sensación de estar más que en un restaurante, en un laboratorio. Los sabores demasiado verdosos y los aromas demasiado perfumados. No sé cómo explicarme, si me regalan un frasquito de Chanel no me lo comería...
Además acompañando al primer plato y al segundo con la misma guarnición y salsa muy poco variada. Pobretón. Y los postres adornados muy similares. Poco creativos.
Y la segunda vez me vi obligada a ir por una comida de trabajo -menú degustación de 15 minúsculos platos, gratis, de acuerdo- pero me siguió sin gustar el maître afrancesado "segnoggga - segnoggg". Me pareció un ambiente pijo a más no poder, en resumen, habitáculo para los nuevos ricos que van de snobs pero no saben comer...
Vamos, que en dos parrafitos los he puesto de hoja de perejil. Es que reconozco ser de gustos "refinados" pero comida sencilla, tradicional, casera y mi concepto de refinamiento consta de educación, saber estar, buen servicio, buena mantelería, cubertería, cristalería... pero lo que esté encima del plato que sea de mi agrado y ¡¡que sepa lo que estoy comiendo!!
Un saludo y que pases un día feliz.
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.