Re: El número, no el numerito.
"Subir contenido es indispensable"- Me comentaba hace un par incontable de semanas un amigo. ¿Necesario para qué, para quién? Si es necesario tiene un valor, será valioso...
"La sangre viaja por las venas y arterias y llega con alegría vital a los capilares..., pero solo si un corazón late y la anima"- le contesté con evasivas, fue antaño. Ánimo, animar tiene que venir de ánima/e. ¿Alguien de Letras en la sala? ;-)
Reflexionando, reflexionado. Solo giró tres veces la aguja pequeña del reloj, sí ese horario sin medida, que tantas veces nos limita y delimita. No es nada para toda una vida, llena de noches con luna llena y vacías noches con luna casi invisible a nuestros humanos ojos. Llegados a este punto nada ni nadie le/lo/la puede parar, no nos puede hacer cejar en el empeño. Lo saben. Lo sabemos. Lo han sabido y disimulado. Lo sabrán con la rotunda demostración diaria. Salvo la muerte, que sabe más. Siempre, más, mejor y en el momento justo e indicado. Predestinados. Como ante el baño, ahí somos todos iguales. (Permítanme la licencia poética). Ella afila por igual su instrumento; no hace ascos, ni brinda favoritismos absurdos. No tiene jeraquías ni las necesita, ni las desea. Al alcance de todos, gratuita. Lo único seguro. Y, a pesar de ella, seguimos tozudos, sin querer madurar. Peleones como niños por su primer juguete, por aquél que no le corresponde en el reparto. Lo rompo antes de permitir que me lo quiten. Puerilidad de miras y de corazones. De almas. Se siente, lo siento.
Pero ella y el casamiento, dice el sabio refranero popular castellano que bajan del Cielo, como queriendo expresar que tampoco ellos son fruto de sus juegos. Ni lo serán por mucho que se empeñen en aparentarlo. Toca a su fin cuando la finalidad es pasado. Vive el presente con la alegría y felicidad relativas que puedas aportar a tu vida, a la vida de quienes te rodean. Madura, pero hazlo ya, mañana quizá sea demasiado tarde. Ayer ni se mira, ni para tomar impulso. Lo malo te enseñó, lo bueno fue quizá más agradable. Solo eso. No te adules, no te lo tengas tan creído. Sigue peleando como el primer día, como el último. Con las mismas ganas, con las ganas mismas. Y así, ganas.
Es curioso cómo un latido puede significar vida a alegres golpes, ("producidos por el movimiento alternativo de dilatación y contracción del corazón contra la pared del pecho, o de las arterias contra los tejidos que las cubren"); un dolor punzante provocado en lo herido, en la sensible herida -el alma sufre punzadas, profundas-, e incluso la expresión de que algo oculto existe en verdad, aunque por diversos motivos, no se manifieste con claridad. Laten odio y envidia, laten amor y compañerismo. Están "ahí". Laten. Se palpan, se perciben. No se invocan... ¡y aparecen!
El auditorio es enorme y está repleto de gente deseosa de escuchar, de leer, de aprender, de asimilar, de crecer. Mas los otros eligen una vez más la segunda parte, que no suele ser buena, casi por definición, nunca segundas partes lo fueron, y mira que se lo reiteran, pero no hay peor sordo... ni ciego, ni mente prodigiosa -si se empecina, se obstina en resultar estúpida-. Lo acaba pareciendo. Lo terminará siendo. Igual ya es pasado, también. Seguimos sintiéndolo.
Si estás ahí, manifiéstate, abiertamente, con libertad. ¡Ánimo! Con alma... Seguro que también tú la tienes. Porque en el espacio íntimo me lo demuestras con valentía. Haz que lo esterno no sea tu telón dramático, ni tu Talón de Aquiles. Solo dependes de tí mismo, eres tu único actor.
Lo curioso para mi no es lo mismo que para ti. Lo asumo. Pero no deja de sorprenderme y se repite y siempre vuelve a sorprender, quizá por incomprensible, quizá por ilógico, quizá por todo lo contrario. Es una espiral de un déjà vu infinito, dónde los actores van cambiando de traje, de maquillaje, los escenarios pueden simular semejanza, los guiones se repiten incansablemente cansinos y por ende, aburridos. No acaba porque no quiere sucumbir ante el caudillaje del sometimiento plural. Sería caer en un falso liderazgo, sí, pero es su deseo, no el mío. Nunca lo fue, ni lo es, ni creo que lo vaya a ser nunca. Nunca jugué en el TEC de Monterrey, ni practico deporte alguno. Bueno, ese sí, pero no se considera todavía olímpico y mira que a ciertas edades, ¡parece hasta de riesgo!
Cierto es que se va cambiando con los años, con muchos años, de esos que te generan líneas de expresión a raudales y expresiones sin línea guionizada, natural como la vida misma, con esos errores humanos que solo destacan los que más yerran, los más ciegos. Y a la fuerza ese devenir inevitable, te va enseñando que lo deseable ya se hizo demodé y caduco y caducó... ... Y ahora, curiosamente, transfiguró su aspecto y su esencia y así ha de ser, para que la noria siga girando con absoluta normalidad.
Nadie puede ver sin las gafas del alma, esas que disimulan, perdonan y olvidan, esas que aceptan y disculpan, esas que enseñan lo esencial y lo expurgan de lo supérfluo con un tamiz impetuoso, pero veraz, real, sincero, honesto. Las dioptrías del cuerpo son muchas. Los ojos cansados, la vista se aburre, el alma encalabrinada les debe doler un rato. Lo imagino, se intuye, se muestra entre líneas difusas.
Dejé escrito que volverían y volverán, es más que probable que lo hagan con mejores tiempos, con mejores vientos, sus favorables. Tampoco los podremos compartir, eran muchas las diferencias y no se cambia tanto, por mucho que la hipocresía adulta adultere la percepción de la realidad, cubra someramente de encantos ficticios, al final, despojado ya de las ataduras del disfraz, se hace presente la cruda sensación interior, contra ella no se puede luchar, porque se sabe perdida la batalla de antemano: Se varía, sí, lo aceptaremos, pero no se mudan los átomos ni la energía desaparece; se evoluciona sin metamorfosis personal, ni distorsión del ambiente.
Nunca la hubo -es cobarde y no apeteció nunca- hija primogénita del diablo y menos con la intención que tergiversa, ni con la que miente descaradamente. Se intercambia, se madura, se emigra y se inmigra... Se lee y se relee, se entiende o no, se comparte o se disiente y aducen los motivos y razonamientos para no pensar así. Se discute con inteligencia, con conocimiento y respeto. Se comparte, se trueca. Se vive. Se muere. Se resucita. Se va y se vuelve.
Hace mucho menos tiempo del que debiera de haber pasado se acercó un compañero y me recordó: "Las comunidades humanas han compartido desde el principio de los tiempos los recursos, como forma de supervivencia." Para los científicos y aquellos que moriremos con mentalidad científica, todo en la Naturaleza se comparte, hasta su última consecuencia. Sin cortapisas, salvo las naturales, volvemos a la última, la innombrable. En el inconmensurable rompecabezas no quieren ver su construcción: -¿Cuándo aprenderán que "la unión hace la fuerza"?- Van directos a romper-cabezas y él mismo, se rebela. No lo permitirá, mientras viva.
Como escribió Oscar Wilde más de un siglo atrás: "Hoy día la gente sabe el precio de todo y el valor de nada".
Compran y lo que no pueden comprar es odiado. Por algo jamás pretenderán compartir -en su fuero interno sí, se ha demostrado de hecho-, ni querrán emular a quien lo intenta hacer desde hace más de un lustro o menos o muchísimo más. Todo lo contrario, buscarán hasta el infinito de madrugada -si acaso la noche sin luna ya no llega- el punto de inflexión en el otro, para que se aproxime mínimamente a sus anhelos. Forzar y desforzarse es todo uno. Tan inútiles como su amago de intento.
Porque tu humor no es el mío, pero hago el esfuerzo por conseguir llegar a él algún día, sin tan siquiera tener la certeza de alcanzar mi meta, que se me antoja lejanísima; porque tu música no es demasiado estridente a mis oídos, ni clásica, ni de mi género ideal, pero sigue sonando bien cuando la escucho despacio, sin animadversión intrínseca, sin enfermiza obcecación por encontrar la nota Bartokiana en tu partitura; porque "aquí" siempre estará más cerca que "allí", por mucho que le demos vueltas al mapa sobre la mesa; por ello y por nada y por todo y por algo y además por siempre y por quienes suelo denominar jocosamente "los otros":
Gracias, ha sido un placer el haberos conocido.
No encuentro el enlace, lo siento, pero seguro que Google se chivaría gustoso si me empeñara en buscarlo...
En ocasiones, un enlace solo une hasta que se usan las tijeras de la inauguración.
"Cuando creas que has llegado, recomienza."
"Cuando te creas en la posesión absoluta de la verdad, será que te falta mucho por madurar, no llegaste todavía ni a la mitad del camino."
Un saludo cordial muy verde, ¡todavía y a Dios gracias!
¡Sed felices!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.