Re: Me voy a Lisboa
Me lo han planteado varias veces, pero el tiempo, el tiempo. Necesitaría días de 26 horas, pero por más que lo intento, nunca consigo estirarlos, jajajaa y mira que soy madrugadora y hay días que me acuesto muy tarde, pero no hay forma. No me da la vida para todo lo que quisiera hacer.
Bueno, de lo de no querer sentarse al lado de alguien, tengo una anécdota que, desde mi punto de vista fue muy desagradable, terriblemente incivilizado. Fui invitada a una de esas bodas civiles multitudinarias en Berlin, de las que van los amigos de los amigos de los amigos, ya sabes y que al final no conoces a nadie y lo pasas hasta mal... En el banquete se armó la marimorena porque no recuerdo quién no se quería sentar en la mesa de su exnovio y su actual pareja, ambos dos amigos de la pareja que se casaba y se armó un pollo que para qué te voy a contar...
Creo que ésta y alguna otra pequeña vivencia me hicieron ir formándome la idea de que mi boda, si algun día me casaba, iba a ser en muy petit comité.
Suele pasar que el disfrute comienza cuando te despides del día de la boda, jajajaa.
La verdad es que yo no estaba nada nerviosa porque llevábamos juntos mucho tiempo, pero que quieras que no, algo siempre te pones. Creo que en nuestra boda estaba él más nervioso que yo porque todo saliera bien, entre otras cosas porque no preparamos nada y todo fue super espontáneo, algo que yo adoro, pero Karl no lo lleva tan bien, jajajaaaa
Adoro el no tener que dar explicaciones de nada a nadie. Es que me encanta esa sensación, porque hagas lo que hagas con alguien, siempre te pasan a chuchillo todo lo hecho, invitado... Uno de los motivos por los que me gusta invitar a personas que conozco mucho y con los desconocidos no me encuentro en mi salsa. Me siento un poco observada, como bien dices "fiscalizada".
Otra cosa que no soporto: "Consejitos vendo y para mí no tengo". Me lo has recordado con tu examigo. Encima de que te llama a todas horas, pretende aconsejarte. Pero, ¿te has parado a pensar si yo tan siquiera necesito o me intereso por semejantes consejos? POrque a veces su buena fe, a mí me sobra pero muchooooooo...
Pero no te creas con esa exclusiva. A nosotros nos tocó tener que cambiar el teléfono de casa en España, que suena a exageración, pero cuando vinimos a vivir aquí definitivamente, antes íbamos y veníamos con frecuencia, no te puedes imaginar la de ex-amigos que le salieron al barbudín, pero hasta debajo de los días más remotos y olvidados de su pasado, jajaja, con el cuento de: "Hombre, amigo, me he enterado que has ido a vivir a la soleada España y había pensado en ir a visitarte" -que amabilidad tan repentina después de 20 años de no llamarnos ni para preguntar por la salud de nuestros mayores... ;-)-. Vaya, cuando viviamos en Viena a 10 minutos de tí no nos visitabas jamás, jejeje...
Y fue tal el bombardeo, que llamaban todos los días a todas horas, amigos del cole, del insti, de su juventud, de la uni, amigos de amigos, y alguno que -palabra de honor- Karl ni se acordaba de haber conocido nunca!!! Y le preguntaba que quién le había dado su número, jajajaaa.
Nos enviaban regalitos (el regalín de la aldea, ya sabes) a través de amigos que venían de visita invitados por nosotros, claro... como abriéndose puertas, y yo pensando en mi fuero interno y no tan interno (porque soy de las que no me callo nada y menos con mi marido) que menudo morro tiene la gente. Total, que cambió el número de teléfono fijo.
Dí que cuando estuve en el extranjero, también me llamó alguna querida "amiga" de la infancia para venir a pasar unos días en mis pisos de gorra. ¡Todo sea por la gran amistad!
Nunca he soportado a los gorrones. Es que me saturan.
Y es que como en la casa propia no se está en ningun sitio y sobre todo en compañía de quienes libremente has elegido como compañeros de viaje, alegrías y fatigas. No entiendo entonces por qué ellos tienen tanto empeño de colarse en tu casa.
Un abrazo
Me releo, qué quejica me ha salido el post, jajajaaaaa
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.