La empresa farmaceútica Bristol-Myers Squibb informó una pérdida neta de 134 millones de dólares debido a la caída de las ventas de su medicamento anticoagulante Plavix. La firma debe afrontar la rivalidad de productos genéricos más baratos y ello afecta los balances del conglomerado.
Las pérdidas netas de Bristol-Myers fueron de 7 centavos por acción. Durante el mismo lapso del 2005, la empresa obtuvo unas ganancias de 499 millones de dólares o 26 centavos. La facturación retrocedió de los 5.020 millones hasta los 4.200 millones de dólares.
Tras un cargo para reservas legales, los beneficios, excluidas algunas partidas extraordinarias, fueron de 19 centavos por activo, números superiores a los estimados por los expertos. Las ventas de Plavix se derrumbaron un 53% y confirma las previsiones de los mismos managers quienes en diciembre pasado anunciaron menores ganancias futuras.
La firma se encuentra frente a una encrucijada. Con Plavix, Bristol-Myers Squibb logra una tercera parte de sus ingresos totales. Plavix es fundamental, no para incrementar sus ventas (eso ya es una utopía) sino para sostener las ganancias de la empresa mientras introduce nuevos medicamentos. Un problema que aquejan a incontables firmas del sector farmaceútico frente al vencimiento de las patentes de algunos de sus medicamentos. Pfizer es una de ellas.
La empresa Apotex, un fabricante canadiense de genéricos, vendió copías de Plavix (poniendo al borde del infarto a no pocos directivos de Bristol Myers) durante el mes de agosto pasado, abasteciendo al mercado por lo menos seis meses antes de que un juez estadounidense detuviera las ventas. Los managers de la farmaceútica estadoundense respiraron aliviados
Si bien retroceden, los beneficios fueron algo mejores de lo esperado por analistas en Wall Street., no obstante el derrumbre de los ingresos a través de Plavix. Los expertos de Lehman Brothers son optimistas con la firma y recomiendan la compra de los activos. Y le elevan el precio meta de los 25 hasta los 27 dólares.
Las pérdidas netas de Bristol-Myers fueron de 7 centavos por acción. Durante el mismo lapso del 2005, la empresa obtuvo unas ganancias de 499 millones de dólares o 26 centavos. La facturación retrocedió de los 5.020 millones hasta los 4.200 millones de dólares.
Tras un cargo para reservas legales, los beneficios, excluidas algunas partidas extraordinarias, fueron de 19 centavos por activo, números superiores a los estimados por los expertos. Las ventas de Plavix se derrumbaron un 53% y confirma las previsiones de los mismos managers quienes en diciembre pasado anunciaron menores ganancias futuras.
La firma se encuentra frente a una encrucijada. Con Plavix, Bristol-Myers Squibb logra una tercera parte de sus ingresos totales. Plavix es fundamental, no para incrementar sus ventas (eso ya es una utopía) sino para sostener las ganancias de la empresa mientras introduce nuevos medicamentos. Un problema que aquejan a incontables firmas del sector farmaceútico frente al vencimiento de las patentes de algunos de sus medicamentos. Pfizer es una de ellas.
La empresa Apotex, un fabricante canadiense de genéricos, vendió copías de Plavix (poniendo al borde del infarto a no pocos directivos de Bristol Myers) durante el mes de agosto pasado, abasteciendo al mercado por lo menos seis meses antes de que un juez estadounidense detuviera las ventas. Los managers de la farmaceútica estadoundense respiraron aliviados
Si bien retroceden, los beneficios fueron algo mejores de lo esperado por analistas en Wall Street., no obstante el derrumbre de los ingresos a través de Plavix. Los expertos de Lehman Brothers son optimistas con la firma y recomiendan la compra de los activos. Y le elevan el precio meta de los 25 hasta los 27 dólares.