La crisis en las economías de la eurozona, lejos de atenuarse, se ha agravado peligrosamente a tal punto que la posibilidad con la que jugaban algunos analistas, del fin de la historia para el euro, es un camino cada vez más concreto. Una posible caída del euro lo que sacará a la luz es una verdad innegable: la eurozona nunca ha logrado ser un bloque homogéneo y difícilmente pueda serlo en el futuro.
Grecia y España bañaban de rojo las pizarras de los mercados europeos en la jornada del miércoles. La decisión tomada el pasado miércoles por la calificadora de riesgo S&P que rebajó en un escalón la calificación crediticia de largo plazo desde AA+ a AA, a la deuda pública española no hizo más que agravar los problemas para el euro. ¿Por qué siempre las calificadoras tienen que esperar a que el ciudadano común se dé cuenta que las calificaciones de las compañías, activos y/o países son demasiado benévolas para comenzar a corregirlas?¿Para qué sirve una calificadora de riesgo que no puede anticipar vulnerabilidades hasta que no son evidentes?
Por suerte para Europa,
Ayer los mercados rebotaron, pero el miércoles se vivió un cierre agitado, cuando desde el mercado de valores de España se supo la mala noticia del recorte de la calificación, ya que el IBEX se desplomó en tan sólo cinco minutos y cerró con un rojo del 2,99% prometiendo continuar con la tendencia descendente a la siguiente jornada. La única satisfacción que podían encontrar en el día los españoles era la posible clasificación del Barcelona a la final de
El recorte en la calificación crediticia de España surge en un momento inoportuno en el que el gobierno español es una aspiradora de fondos y necesita con urgencia financiarse a través de los mercados de valores. El mayor costo que deberá enfrentar el endeudamiento del gobierno español, no hace más que hacer más pesada la situación. Y si la rebaja en la calificación fue una mala noticia para España, también lo es para otras economías como Italia, Irlanda y Portugal que se encuentran en una situación similar. Como el virus del N1H1, las economías se contagiarán con rapidez y el acceso al financiamiento será a costos más elevados.
El euro no se sintió a salvo de la jornada negra que se vivió el pasado miércoles y volvió a ver el piso. La divisa de la eurozona alcanzó nuevos mínimos anuales y se mantuvo con perspectiva bajista, con el objetivo fijado en romper con el piso de los US$ 1,30, aunque ayer, la expectativa del rescate de Grecia, le dio un poco de aire y logró recuperarse frente al dólar.
A pesar del alivio de ayer, se vive una tensa calma en Europa. La situación por la que atraviesa Europa es comparable con los peores momentos de Latinoamérica en donde las crisis se expandían a través de las fronteras llevando a las economías a una recesión destructiva del aparato productivo. Quizás luego de esta trágica experiencia, y de lo vivido en la crisis subprime, el mundo desarrollado pueda entender mejor a las economías emergentes y sus problemas, en especial, a las economías latinoamericanas.
Y como ocurría con la calificación de la deuda Argentina en 2002, esta vez S&P ha decidido rebajar a “basura” la calificación de la deuda soberana de Grecia que ahora es BB+ (categoría de inversiones especulativas).
Creo que S&P no debe estar tan equivocada esta vez en su calificación ya que Grecia sigue sorprendiendo, para mal, con la magnitud del rescate necesario para no caer en default: 135.000 millones de euros, según aseguraba el ministro alemán de Economía, Rainer Brüderle, que serían aportados por
Justamente, la ayuda que necesita en estos momentos Grecia es el triple de lo previsto en un primer momento. ¿Será suficiente o necesitará más? ¿Y qué hacer si las necesidades de Grecia son aún mayores? Si consideramos que el rescate es el mal menor, no quieran imaginar qué puede sucederle a la economía europea y mundial en el caso que Grecia no recibiera ayuda. Si los números son correctos, España debería desembolsar unos 11.700 millones de euros para rescatar a Grecia
¿Pero quién rescatará a España?
Un dato que revela la importancia de evitar un posible colapso de la economía griega: Según las estimaciones realizadas por Standard & Poor’s, en caso de una quiebra en la economía griega, los tenedores de bonos tan sólo recuperarán entre el 30% y el 50% del valor nominal de los bonos, por lo que la pérdida estimada rondaría los 200.000 millones de euros. Cualquier similitud con
El presidente del Bundesbank, Axel Weber dejaba bien en claro que no era la solidaridad lo que los movilizaba para ayudar a Grecia: “La razón de preparar medidas de apoyo es asegurar la estabilidad financiera y no asegurar la ayuda a Grecia, que se metió sola en esta difícil situación”.
En la visión de Hans-Werner Sinn, presidente del instituto de investigación económica IFO, la ayuda de Alemania a Grecia se debe ver más bien como una donación ya que no cree que este país pueda devolverlo algún día: “(Grecia) no estará en condiciones de llevar adelante la política de rigor que se necesita (y al final llegará) a pedir una anulación de la deuda con Alemania”.
Hans-Werner Sinn cree que así como Grecia recibirá la caridad de Alemania, también España e Italia esperan que ocurra lo mismo con ellas: “Que los italianos, los españoles, hagan presión para que paguemos sin condición ahora es comprensible, pues es un precedente que será importante para ellos”.
Es que si bien todas las miradas le apuntan a España y Grecia, otras economías europeas están en situaciones críticas. Es así que Portugal comienza a aparecer en escena y ya la calificadora de riesgo Standard & Poor´s le ha recortado su deuda soberana a largo plazo de A+ a A-. Por este motivo es que, para llevar algo de calma, si se puede, a los mercados, el ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, salió apresurado a garantizar los esfuerzos del gobierno para reducir el déficit: “Como en el pasado, haremos lo que sea necesario para asegurar la eliminación del déficit excesivo y promover la competitividad de la economía”, claro que no aportó ninguna pista sobre cómo harán para realizar los ajustes ni justificó el por qué no lo han hecho hasta ahora.
Imagino que Alemania debe estar lamentando no haber apoyado con contundencia a las economías europeas en problemas desde un principio. Mucho de lo que hoy se está padeciendo y mucho de lo que se padecerá, se hubiese podido evitar.
La crisis por la que atraviesa la eurozona promete salirse de las fronteras europeas. En Latinoamérica, para Argentina, lo que está sucediendo en Europa no podía surgir en peor momento, justo antes del lanzamiento del canje de la deuda. Para Brasil por su parte, puede tener efectos positivos porque posiblemente ayude a enfriar un poco la economía y limitar los riesgos de los que hablábamos en el artículo anterior Peligro Brasil fuerte crecimiento.
A esta altura de las circunstancias todos se preguntan cómo terminará esta historia de crisis de desbordes fiscales en Europa y las miradas temerosas le apuntan a la sobrevida del euro.
Horacio Pozzo