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Pesadilla antes de Navidad



Ya se acerca la navidad, llena de grandes nuevos propósitos, comidas familiares, reencuentros con amigos y bondad globalizada.

Ya se acerca la Navidad, época en que parece que todos nos hemos convertido en personas maravillosas y olvidamos nuestro egocentrismo para ofrecer un poco de calidez humana a los que están a nuestro lado. Supongo que los devoradores de pólizas, el Banco de Sauron, la Compañía de Seguros de Voldemort y la financiera de Darth Vader en Navidad cerrarán el garito y se irán con sus familias a comer pavo y sopas de ajo (qué pasa, aquí en Nochebuena es lo que comemos).

Pero permitidme que os cuente un cuento. No es navideño. Es una pesadilla de antes de Navidad. (WARNING: Tim Burton's Lawyers and SGAE aproaching...)

El que a partir de ahora conoceremos como "Banco de Sauron, Señor de las Permutas Financieras" había colocado una vez más a un cliente un seguro de vida de amortización de préstamo y otro de hogar "porque es obligatorio y si no lo haces con nosotros tienes que ir al Monte del Destino a cargar piedras y a hacer trabajos forzados". Hasta aquí lo de siempre, no lo normal, no lo justo ni legal, pero lo de siempre.

Cuando en una situación similar, otro cliente que quería ampliar un préstamo les indicó que seguro del hogar ya tenía y que de vida no se pensaba hacer porque no le daba la gana, el esbirro de Sauron que le atendía le comentó con muchas dotes profesionales y comerciales "Seguro que es caro y no está bien hecho. Anúlalo y te hacemos uno nuevo ajustado a los capitales de la hipoteca para que no tengas problemas". El cliente, ya aleccionado por su corredor, le contestó: "Dudo que tenga ningún problema. Yo tengo asegurado el valor de construcción de mi casa, no el del suelo, como dice la ley".

El esbirro prosiguió su acoso: "Pues necesitamos una póliza donde el primer beneficiario sea el banco". El cliente, de los espabilados, e insisto previamente asesorado, le contestó: "miré Vd., mañana sin falta les traigo para la firma de las escrituras la copia de mi póliza,donde constará una cesión de derechos para Vds."

El esbirro se empeñó en que el banco debía ser el beneficiario, pero el cliente estaba seguro de a quién hacer caso, y no tuvo dudas: "Mire Vd., mañana le traigo lo que le he dicho, pero no sea pesado. Yo cumplo con las exigencias que la Ley hace para que Vds. me faciliten el préstamo hipotecario, soy un buen cliente y nunca les he dado problemas, así que no me maree que será por bancos." Como la seda.

Al día siguiente resulta que el suplemento a la póliza de hogar obviamente aún no había llegado, pues estaba hecho del día anterior. La correduría le facilitó un certificado firmado por el corredor de seguros titular acreditando que tenía contratada una póliza de hogar para la vivienda, con el recibo cobrado y que contenía una cesión de derechos a favor del Banco de Sauron para el préstamo tal cual, y que cuando llegara el ejemplar del suplemento se les facilitaría la copia inmediatamente.

Como era de esperar, los esbirros contratacaron: "Esto no vale. Necesitamos la copia de la póliza. Mire, hacemos un seguro nuevo con nuestra compañía, la Aseguradora Voldemort, y si luego nos facilita la copia de su póliza la anulamos".

Por supuesto, el cliente se negó, a qué viene contratar pólizas para no formalizarlas. "Oigan, o acabamos con esto o recojo mis papeles y me marcho. Que ya está bien."

Tras esto, las escrituras se firmaron, el cliente se marchó a su casa a despertar de la pesadilla del acoso e incluso recibió una llamada del director de la sucursal (parece que es la nueva moda en Mordor) para disculparse.

El cliente tuvo su préstamo, y mantuvo asegurado correctamente su hogar. Semanas más tarde, tras reflexionar sobre los riesgos que suponía no tener un seguro de vida para amortizar el préstamo, acudió a su corredor para que le estudiara la póliza.

Y así acaba nuestro cuento imaginario. En la vida real, ni seguros bien hechos, ni operaciones sin mediar la imposición de seguros, ni asesoramiento, ni nada.

Por suerte, sí existen esos clientes. Por suerte para ellos y para nosotros. Valientes, porque es su patrimonio el que arriesgan y son conscientes, y no toleran las imposiciones injustas e intimidatorias. Inteligentes, porque saben que sólo los verdaderos profesionales pueden cuidarles como se merecen. Clientes que realizan sus operaciones crediticias o depositarias en el banco, si están enfermos van al médico, si necesitan asesoramiento legal acuden a un abogado de confianza, y si necesitan soluciones aseguradoras acuden a su agente o corredor profesional.

Ya llega la Navidad, cargada de buenas intenciones. Momentos de felicidad junto a nuestras familias y amigos, y llegan los buenos propósitos.

Buen propósito para este año: Proteger tu patrimonio. No se trata de hincharse a hacer seguros para que los mediadores estemos contentos. Se trata de que lo que aseguremos,sea lo que necesitemos y lo hagamos bien y con profesionales cualificados.
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  1. #2
    Jaumet
    13/11/09 22:39

    La verdad es que hay pocos clientes capaces de aguantar la presión...
    Tengo algunos asegurados que tenían el seguro de hogar impuesto por el banco....y otro seguro conmigo para que "les cubriera"... y no sabían que podían anular el del banco.

    Saludos.

  2. #1
    Anonimo
    13/11/09 13:04

    Desgraciadamente,la ceguera de la codicia,en la que nos han metido,por parte de ciertos personajes (todo vale para engrosar los beneficios)en todos los sectores,en detrimento de la Sociedad,Se ha reemplazo la luz de la justicia por la avaricia y asi nos va

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