Siempre nos fijamos en valores cotizados más conocidos, de los que llamamos líquidos (es cierto, pero a parte de liquidez y dividendos, ¿qué nos aportan?) para conformar nuestra cartera. Tal vez sea este el eslogan con el que nos venden este tipo de valores. ¿Pero es ahí donde se encuentran los beneficios para el accionista?
Observando los hedge funds e inversores más exitosos del mundo, que invierten en valores, casi todos ellos lo hacen apostando por valores emergentes y empresas con gran potencial de revalorización, que es lo que les aporta alpha a su cartera. Poco que perder y mucho que ganar.
Obviamente hay que conocer el negocio al que se dedican las empresas cotizadas en este tipo de mercados y apostar por los negocios que más conocemos y que sabemos que pueden ir bien, así como los gestores y la forma de dirigir su empresa. En el caso de empresas cotizadas grandes esta labor es prácticamente imposible, pero en empresas más pequeñas resulta más cercano y fiable. Nos encontramos con un gran número de empresas cotizadas en este, menos conocido mercado por estar formado por empresas emergentes, pequeñas e innovadoras.
Con el fin de las alzas en los principales mercados, parecen haber tenido un despertar y un aumento del interés inversor, con subidas tanto en precio como en volumen negociado.
No digo que haya que tener todo nuestro capital en empresas de este tipo, pero sí acordarnos de que existen para aportar diversificación y rentabilidad a nuestra cartera, invirtiendo un porcentaje en ellas.
Algunas de las alternativas que consideramos interesantes serían:
- BIONATURIS
- EBIOSS ENERGY
- EURONA WIRELESS TELECOM
Sus precios de cotización suelen ser bajos pero con grandes oscilaciones.
Tienen menor liquidez, pero esto puede ser tomado por la vertiente positiva o negativa. Si va mal no vas a poder salir fácilmente, pero si va bien vas a poder venderla con una sobreprima.
Conociendo los riesgos y con sentido común pueden convertirse en una muy buena alternativa a nuestra inversión de medio-largo plazo.