El 28 de mayo de 2014 sale publicada una noticia en el economista que se titula: “Funcas dice que la bajada de salarios no ha incrementado la desigualdad en España”. Dicho artículo recoge a su vez un artículo de los cuadernos de información económica de Funcas titulado: “Ajuste salarial en España durante la crisis económica” , en el que se analizan un buen número de contratos laborales y las condiciones para entender cómo se han comportado los salarios en la crisis.
Las conclusiones en un resumen rápido es que como se han reducido más los salarios más altos que los más bajos, nos encontramos con que la desigualdad en los salarios se reducen y por tanto como reconoce el estudio: “Se suele argüir que la crisis económica ha aumentado la desigualdad de ingresos en España. Los datos indican que dicho aumento de la disparidad en los ingresos no se debe al proceso de fijación de salarios.”
Si nos damos cuenta, nos encontramos un poco de trampa en este proceso en el que estamos y que entroncaría con una discusión que se está poniendo de moda. Es sencillo entender que en el medio de comunicación se habla de que la desigualdad no se ha incrementado por la bajada de sueldos, mientras que en el artículo más técnico, no encontramos más que una frase que afirma que “existe una percepción”; que es que la crisis económica aumenta la desigualdad de ingresos”, pero que los datos indican que dicho aumento de la disparidad no se debe al proceso de fijación de los salarios; lo cual es absolutamente falso, trampa y está desconectado de la primera frase.
Por esto vamos a entenderlo con una pregunta sencilla: Si los salarios altos caen más que los pequeños: ¿Cómo es posible que se pueda incrementar la desigualdad en España?. Buscando la respuesta a esta pregunta es sencillo explicar la trampa. Recomiendo pararse un momento a pensar en donde está el truco. Es divertido.
Piensen.
Piensen…
Bien, pues me toca dar la solución que corresponde a un proceso en el que hay que saltarse la premisa a la que nos llevan fruto de una buena manipulación o de un burdo error metodológico. (es decir, como siempre, el autor de este estudio o manipula o mete la pata de una forma increíble, tanto que esta segunda posibilidad es manifiestamente improbable).
El truco es sencillo; ¿los salarios son la única fuente de ingresos?. Aquí está la gran trampa; existen personas en España que reciben su renta de salarios, otras de pensiones, otras de rentas, bien de actividades financieras, bien de actividades empresariales o bien de otro tipo como pueden ser los rendimientos de bienes inmobiliarios. Por otra parte los gastos también influyen en la situación final, ya que la situación de cada persona viene determinada por la composición de sus ingresos y sus gastos, incluyendo en este caso también los impuestos.
El estudio lo que hace es analizar la evolución de la desigualdad dentro de una categoría de personas concretas, (cierto que la más amplia), y llega a la conclusión de que los ingresos de las personas que perciben sus ingresos de los salarios se han reducido; a esto añadimos que numerosas personas han perdido su empleo, (en el estudio de esta persona dejan de contar a pesar de que evidentemente el pasar de un sueldo X a cero significa un incremento claro y extremo de la desigualdad en el país), y pasamos de la evolución de impuestos. Si se reducen los ingresos de los que reciben sueldos, (aunque en unos casos sean menos que en otros), tendremos un problema comparado con los que no cobran sueldos, que ya han recuperado en muchos casos sus ingresos, (con la salvedad de los autónomos).
Esta conclusión a la que llega, sirve para explicar lo que, organizaciones nada sospechosas de “sesgadas hacia lo social” como el FMI y la OCDE detectan ya que hasta estas entidades manifiestan que España lidera el incremento de desigualdad en la crisis.
Y es que es obvio; las grandes rentas se recuperan o mejoran sus ingresos respecto a la situación anterior, mientras que las pequeñas y medianas, (sueldos, actividades empresariales mediante pymes y autónomos o incluso rentistas que se ven afectadas por las distintas medidas para apoyar a las bancas como las bajadas de depósitos), se reducen, mientras los impuestos se incrementan proporcionalmente más y además se sufren los recortes en los gastos destinados precisamente a estos y se incrementan los precios de los bienes que representan una mayor parte de la renta de las capas bajas y medias, (se incrementan precios de bienes básicos); las conclusiones son, por tanto, simples.
La pena es que, como siempre, un economista de éxito es aquel capaz de hacer un estudio que diciendo unas cosas, parece que dice otras que acabe justificando auténticas animaladas para luego acabar echándole la culpa al ceteris paribus, cuando en realidad estamos ante una parida.