El día después de que Botín se quejase de la corrupción, olvidando que es una parte importante del problema debido a ciertos problemas con la justicia que ha tenido y que ha solucionado, de todas las formas posibles, incluyendo el honor de tener una doctrina con su apellido en materia penal, pagos a un juez que archivó un caso suyo, (juez por cierto ahora venerado en todos lados), olvidos de miles de millones por los que no declaró e influencias para modificar todas las normas legales necesarias, contabilidades, políticas monetarias, nos encontramos con un aspecto curioso.
En el consejo de ministros de ayer se enviaban dos reformas sorpresas que afectaban al sector financiero y al sector energético. Así lo anunció la portavoz del gobierno; (Soraya Saez de Santamaría), en la rueda de prensa del consejo de ministros (véase el video) y así consta en la página web del consejo de ministros del mismo día:
Sin embargo, tras todo el resumen de prensa y tras revisar todas las referencias no nos encontramos con ninguna modificación que afectase al sistema financiero. Ayer las explicaciones eran dos; o bien resulta que era posible que se hubiese planteado alguna modificación y que por alguna razón hubiese sido retirada, (bien porque no está el horno para bollos para más favores a la banca, o bien porque penalizase a la banca y esta lograse tumbarla), o bien la segunda posibilidad que es la de que la banca hubiese conseguido un favor, que se aprobó, pero que el gobierno quería tapar lo máximo posible.
Esta duda quedó aclarada hoy mismo cuando nos encontramos con el B.O.E., en el que si aparece un favor al sistema financiero que no aparece en ningún momento, ni de la rueda de prensa, ni de las referencias del consejo de ministros que recogen aspectos como la reparación de una pasarela peatonal en una carretera de Ourense, (lo digo como referencia para valorar la importancia sobre los españoles de lo que consta en esta referencia).
La modificación afecta a la valoración en las contabilidades de las entidades de los títulos emitidos por SAREB, (recordemos que son estos que reciben a cambio de las viviendas principalmente o bien por inversiones). Lo que ocurre es que a partir de ahora:
A efectos del Reglamento de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados, aprobado por el Real Decreto 2486/1998, de 20 de noviembre, los valores o derechos mobiliarios emitidos por la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria se valorarán por su coste o coste amortizado tal y como se define en el Plan de Contabilidad de Entidades Aseguradoras. Estos activos se considerarán aptos para la cobertura de provisiones técnicas, no excediendo el límite a computar del 3% de las provisiones técnicas a cubrir. A efectos del margen de solvencia no se computarán las plusvalías o minusvalías no realizadas, contabilizadas o no, derivadas de estos activos.
¿Qué significa esto?. Pues significa que directamente los títulos emitidos por SAREB se valorarán siempre por el precio que hayan pagado las entidades por ellos, (sean los que sean), y que tanto en contabilidad, como a efectos de determinar la solvencia de las entidades, siempre se considerará que valen el precio pagado por ellos; ¡aunque se derrumbe más el mercado inmobiliario, aunque los activos de la SAREB valgan menos o aunque los precios de estos títulos valgan menos porque haya que incrementar la rentabilidad ofrecida a nuevos inversores para conseguir mayor dinero.
Esto quiere decir, que por obra y gracia del BOE, las inversiones en el SAREB nunca generarán pérdidas, (aunque la realidad las genere), de tal forma que las contabilidades de las entidades y los ratios de solvencia distorsionarán la realidad: Si la SAREB se deprecia, resulta que las contabilidades tendrán minusvalías ocultas a todos los efectos y viceversa, lo cual lleva, sin que sea demasiado un análisis demasiado exhaustivo, a una situación en la que nos encontraremos con lo de “no sabemos lo que esconden los balances de las entidades”.
Más allá de la aberración de esta normativa y del hecho de encontrarnos con otra medida más, (si fuese la primera, no sería tan grave), para beneficiar al sector financiero, nos encontramos con otra expresión más de lo que este gobierno entiende por transparencia; ¡ocultar lo que se pueda un favor más al sector financiero hasta niveles absurdos!.
Por supuesto, me da la impresión a mí que Botín, (en calidad de inversor de la SAREB y en calidad de agente del sector financiero), no se va a quejar esta vez de que exista nula transparencia, prevalencia de unos intereses determinados de personas que tienen capacidad de ir influyendo en los despachos y de que el gobierno trate de ocultar a todo el mundo determinadas medidas, hasta el punto que roza el absurdo, sobre todo en las circunstancias actuales.