A estas alturas del mercado alcista más impresionante de todos los tiempos en Wall Street, y tras una interminable sucesión de récords y de cifras redondas, pocas cosas pueden sorprender ya, en lo que a las Bolsas americanas se refiere.
Si la semana pasada traíamos a esta sección el Gráfico de la vertical subida del S&P en la hora final del viernes 20 de diciembre, hoy traemos otra subida igualmente vertical, pero más prolongada en el tiempo, la del índice Nasdaq Composite en los últimos diez años, desde el 2009, y más en particular en los tres últimos años, desde inicios de 2017.
El gráfico de los últimos veinte años del Nasdaq Composite nos sirve para ver varias cosas.
La primera es como los amagos de corrección de febrero de 2018 y del cuarto trimestre de 2018 han sido respondidos de forma casi inmediata con reacciones alcistas de extraordinaria fuerza, que han hecho olvidar por completo esos intentos de ajuste a la baja. Igualmente podemos ver como el pequeño amago de corrección que se produjo a raíz de las caídas de cotización desde máximos de empresas emblemáticas como Tesla, Netflix, Uber, Lyft o la propia Amazon, han sido completamente superados. De hecho, Amazon y Tesla han sido dos de los valores más alcistas estas últimas sesiones.
La segunda cosa que se observa en el Gráfico es que el Nasdaq Composite ha casi doblado los máximos del año 2000, alcanzados en los tiempos de la que luego se llamó “burbuja de las puntocom”. Desde los cinco mil puntos de entonces ha subido hasta los nueve mil de ahora, que suponen multiplicar por nueve los mil puntos a los que descendió el Nasdaq Composite en los mínimos del 2003, cuando pinchó la burbuja y se desplomó el índice perdiendo un 80% de su valor.
Hoy el Nasdaq vuelve a volar muy alto, mucho más alto que en los mejores tiempos del 2000. Precisamente por ello, igual que proponíamos la semana pasada para el S&P, podríamos sugerir tal vez la idea, para los muy “contrarian”, de comprar opciones put sobre el Nasdaq, pero insistiendo en que solo deben hacer esta operación aquellos inversores a los que les guste ir contra el consenso y que asuman que pueden perder todo el dinero invertido en la prima de la opción, ya que la fortaleza de las tecnológicas parece realmente imparable.