El bono alemán a 30 años, al que dedicábamos nuestra sección el pasado lunes, cerró el viernes a un tipo negativo del -0,07%, en medio de una batería de datos preocupantes de la economía alemana, cuyo PIB del segundo trimestre se publica el miércoles 14, y de algunas otras economías europeas, como la francesa.
La preocupación por el crecimiento es patente en Europa, pero también en EE.UU, cuyas Bolsas se han visto muy impulsadas al alza gracias en gran medida al empuje de las grandes tecnológicas.
Una de ellas es Uber, que salió a cotizar en Bolsa el pasado 10 de mayo y que el pasado jueves publicaba “after hours” sus resultados trimestrales, anunciando unas pérdidas de más de seis mil millones de dólares. Aunque es verdad que en parte esas gruesas pérdidas han sido provocadas por los gastos de salida a Bolsa, que totalizan casi cuatro mil millones de dólares, la realidad es que también los ingresos de la compañía han experimentado una fuerte desaceleración.
Las acciones de Uber experimentaron una fuerte caída en la sesión del viernes, que llegó a ser cercana al 10% en algunos momentos, para quedarse al cierre en el 7%. La caída arrastró a las acciones de Lyft, cuyos resultados trimestrales publicados el miércoles habían sido recibidos inicialmente bien por el mercado, a pesar de arrojar pérdidas de casi mil ochocientos millones de dólares, que cuadruplican a las del primer semestre del pasado año, y a pesar de omitir algunos datos muy relevantes para evaluar adecuadamente la evolución del negocio. Las acciones de Lyft cedieron un 4,8% el viernes.
La pelea entre ambas compañías por ganar una fuerte posición de mercado las ha llevado a una guerra de tarifas, así como a extremar los incentivos a los conductores, dejando una huella muy perceptible en los resultados de ambas y llevando a los inversores a preguntarse si realmente algún día van a ser empresas rentables y capaces de retribuir a sus accionistas como es debido. De momento tanto Lyft como Uber se conforman con decir que perderán menos los dos próximos años, peor no se atreven a comprometer fechas de entrada en rentabilidad.
Nos gustan los modelos de negocio de Lyft y de Uber, y su gran capacidad de innovación, y nos parece muy interesante la entrada de Uber en la entrega de comida a domicilio, que es solo un primer movimiento de otros muchos que podría realizar, pero de momento esperaríamos a niveles del entorno de los 30 dólares por acción en Uber y de 50 dólares en Lyft para plantearnos entrar en estas compañías.