«Con uñas y dientes»
Seguro que a muchos les habrá pasado lo que a mí. Escuchas en tu juventud una frase dramática, rotunda o no digamos campanuda y, por muchos años que vayan transcurriendo, cada vez que la oyes repetida crees revivir, cual si se tratara de un reflejo condicionado, la circunstancia original en que fue pronunciada.
