Fuentes que prefieren permanecer en el anonimato, informaron a esta redacción del encuentro que se produjo el pasado sábado en la capital, entre algunos miembros (y miembras) más o menos participativos de este blog, siendo más numeroso el grupo de Madrid (finanzas, industria, cultura e innovación), seguido a partes iguales por Andalucía (negocios y administración) y Galicia (economía y educación) y una representante catalana (que todavía debe andar buscando su sector). Lamentablemente no pudieron asistir de todas las CA -numerosos y notables miembros de la Comunidad Valenciana y la Comunidad Foral- ni su único representante internacional. Todos echaron de menos a viejos conocidos y nuevos por conocer, pero confiaron en poder hacerlo en la próxima reunión. La cena, con su posterior tertulia, resultó de lo más buena, divertida y entrañable gracias a la gran compañía de todos los participantes, y también del saber hacer, carácter y humor del anfitrión. No han trascendido de momento más detalles de la noche.
Se sabe sin embargo que al día siguiente, en un desayuno frugal entre los destacados miembros gallegos y la representante catalana, lograron convencer a esta última para que les apoyara en la propuesta de organizar el próximo encuentro en su comunidad, habiéndole relatado con anterioridad las maravillas gastronómicas y turísticas de la misma, lo que conseguiría favorecer el interés en asistir del resto de representantes, contribuiría al reparto de la riqueza generada por un evento de tal categoría, estimularía así mismo el tráfico de los aeropuertos regionales asegurando la permanencia de algunas líneas de low cost, y enriquecería a los participantes con el placer y mejor conocimiento de la diversidad cultural del país.
Sin embargo, la austera representante catalana tuvo sus reticencias cuando ambos le aseguraron que en su tierra, en esos encuentros especiales, se solía comer y beber más que en el centro, sobre todo porque no andaba recuperada todavía de la noche anterior, y había comprobado dolorosamente que el dicho tan famoso de “una vez al año, no hace daño” no era cierto, mientras intentaba recordar cómo era posible que hubieran llegado a sus manos un cigarrillo o más – porque no fumaba- y un gin tonic –si no bebía más que vino y cerveza cuando salía a tomar algo o a cenar. Pensó en que, si no la relevaban antes del cargo, buscaría para la próxima ocasión al más responsable de todos los participantes –algo difícil de anticipar- para nombrarle tutor en caso de que volviera a encontrarse en tan difíciles y extrañas circunstancias.
A su regreso, esta última tuvo que elaborar un informe verbal del encuentro algo inexacto puesto que a su perjudicada memoria habitual, se sumó una leve amnesia de los hechos, por lo que se vio obligada a introducir alguna trola en su discurso para que resultara más creíble. Ha levantado sospechas el hecho de pernoctar en un hotel de gran categoría de la capital, sobre todo porque se iniciaron hace mucho tiempo los severos recortes en las cuentas de su comunidad, pero lo justifica asegurando que el ínfimo precio de la lujosa habitación, se lo debe a la pericia de un experto analista económico, que la ayudó muy amablemente a conseguir la reserva.
Cuando piensa en la próxima, se le escapa una sonrisa.
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