BILDU O LA INFAMIA
05-05-11
Nosotros no somos beligerantes en casi nada, entre otros motivos porque da pereza la beligerancia.
El arte de la pereza, del ocio máximo y sin fin, la molicie, es algo desde luego notable. Sólo nos lo podemos permitir los esnobs del siglo XXI, una especie muy reducida y encantadora y seductora pero en peligro de extinción, como nuestros muy queridos osos polares. Maldito el no cambio no climático. Coño: que los osos no tienen hielo, ergo focas para comer.
La gente es que ya no tiene clase de verdad, y sólo busca el dinero y la notoriedad, ambas cosas de muy mal gusto: el dinero, se supone; la fama, se evita, porque es cosa de horteras. Nada tiene más clase que ser anónimo.
Con lo divertido que es ser un esnob en el siglo XXI.
La beligerancia supone tomar partido por algo de forma inequívoca y muy activa. No sabemos cuál es la definición del diccionario de la RAE, pero será algo parecido, digo yo.
Hace pocos días tuvimos (obtuvimos) la buena noticia de que Bil Laden (BL), acaso el terrorista más famoso (y más brutal) de la historia, fue muerto por un comando de esos maravillosos SEAL’s.
La verdad es que los comandos de operaciones especiales molan, nosotros que fuimos sargentos de infantería y que tuvimos en su día ardor guerrero, no por la bandera y esas entelequias, sino por el poder que sentíamos con un arma en la mano y el poder emanado de un cuerpo muy entrenado, vejado y probado hasta el límite.
Bien matado que está BL.
Algunos se pegan ahora golpes en el pecho porque no se ha cumplido con el habeas corpus de un nada presunto terrorista.
En ciertos casos, al habeas ese que le den por el culo.
Hasta el diario El Mundo, en dos de sus editoriales, ha hecho un ejercicio cínico y de equilibrismo y de equidistancia, diciendo que eso de matar a BL está mal. Qué va a estar mal, si está de puta madre. Un cabrón menos. No seamos hipócritas y políticamente correctos.
No sabemos a quién quiere complacer el diario El Mundo. Ellos sabrán. Puras pajas mentales.
Nos da pereza escribir sobre el tema, pero algo tenemos que decir. Bildu.
Ya hace meses que nosotros sabíamos que ETA, de una forma u otra, iba a tener candidatos a las elecciones locales del 22 de mayo.
El gobierno, la izquierdona, el PSOE, han hecho un magistral ejercicio de pantomima durante unos meses.
Aparentemente, ha cumplido con su trabajo, ordenando a la imprescindible Guardia Civil (prescindible en los controles de alcoholemia, que acojonan demasiado) recabar toda la información necesaria para impugnar/anular las listas electorales de esa mierda etarra que se hace llamar Bildu.
Segundo acto de la farsa. El Tribunal Supremo ilegaliza esas listas.
Tercer y último acto de la farsa: el Tribunal Constitucional, en tiempo récord, legaliza todas las listas. De puta madre.
En honor a la verdad, no todos los izquierdones, estaban a favor de la legalización de Bildu, como el señor José Bono, que además de gustarle mucho el dinero, le gusta comulgar. Sic. En esto Bono ha estado bien. Sí señor.
Lo triste de Bildu es que se ha comprobado una vez más que el Tribunal Constitucional es una mierda, ni siquiera pinchada en un palo.
Sus miembros van de magistrados, de técnicos y gran juristas, cuando tan sólo uno simples sicarios del poder de turno, sea izquierda o derecha.
Vomitivo y repulsivo.
Para quitarnos el disgusto, nos vamos a tomar unos gin tonics (en taxi) acariciados por la brisa del mar. Hasta intentaremos ligar esta noche, después de comernos unas exquisitas costillas de cerdo a la brasa y con ensalada alemana. A lo mejor cae alguna alemana, con costillas o no.
Al final hemos sido beligerantes. Así empezaba la columna: Bildu y el Tribunal Constitucional, que son lo mismo, o la infamia.