BATASUNA O LA MARCA BLANCA DE LA NEGRA MUERTE
09-01-11
El cinco de septiembre del año pasado escribimos una columna denunciando la trampa tregua de ETA.
Argumentábamos que tan solo era un ardid para poder presentarse a las elecciones de mayo del 2011. Y sospechábamos que el gobierno presidido por ZP (así se quiso llamar él, no es que le faltemos el respeto) buscaba un último acto desesperado y efectista para no perder las elecciones.
Lamentamos decir que teníamos razón. Miren que no nos gusta tener la razón cuando nuestros presagios son negativos. Pero, ay, se han cumplido.
Ya el gobierno ha cambiado de discurso. No todos los socialistas, como el admirable Jose Antonio Alonso, antiguo ministro del Interior, o como el inefable José Bono, Presidente del Parlamento, ahora enemigo político número de ZP y el siniestro (y feo) Rubalcaba.
Ambos socialistas se desvinculan del discurso oficial del gobierno, y ponen en duda la buena voluntad de la nueva marca blanca (ennegrecida por la sangre de tantos muertos) de ETA. Se llama SORTU, que debe significar en euskera mucha mierda etarra o así.
Bono ha dicho una frase antológica a propósito de SORTU, partido pro etarra y que no condena la violencia de ETA ni se arrepiente ni pide perdón.
Ha declarado Bono: No creo a SORTU. Si asesinaron antes, por qué no van a mentir ahora.
Bravo por Bono, aunque sólo lo haga por fastidiar a ZP o Rubalcaba, quien ya ha olisqueado la posibilidad remota de sentarse en la Moncloa y está cachondo como un adolescente. El que una vez prueba el veneno del poder, lo quiere para siempre.
Creemos en las redenciones. Creemos en las segundas y quintas oportunidades, porque todos no equivocamos, y estamos seguros que hay terroristas etarras que tienen delitos de sangre, y que en su día fueron abducidos por una ideología y un medio social asfixiante del que era casi imposible sustraerse.
Claro, si tu padre y tu madre y tu hermano mayor y tus tíos y tus amigos te dicen desde pequeño que matar es bueno para conseguir un supuesto ideal, pues algunas tiernas y débiles mentes se lo terminan creyendo.
Hay casos de etarras arrepentidos de verdad. Y que se han rehabilitado y defendido sus opiniones en partidos democráticos. Claro que sí. Pero, ay, son una minoría.
En cambio, la mayoría de los presos y etarras ni se arrepienten ni piden perdón por sus asesinatos. Han destrozado vidas para siempre, y se las sigue soplando exactamente igual. Hasta siguen siendo jaleados por sus miserables compinches.
Pueden los nacionalistas vascos extremos presentarse a unas elecciones?
Sí, pero cuando demuestren que jamás volverán a matar más. O que no vuelvan a extorsionar a familias vascas enteras, que han tenido que emigrar y esconderse en sitios tan lejanos como el sur de Tenerife. Nosotros conocemos a algunas de esas familias.
Algunos estiman esta diáspora vasca en al menos 200.000 personas, ciudadanos que no pueden ejercer el derecho constitucional del voto en su tierra. Por eso en el fondo en Euskadi no hay una auténtica democracia. Hay un cuasi estado de excepción democrático, del que durante tantos años se han beneficiado (las nueces) los meapilas del PNV.
Si finalmente los tribunales legalizan SORTU, soportando presiones casi invencibles de Rubalcaba y compañía (en este país no hay una verdadera y sana división de poderes. Mírese el Tribunal Constitucional), seguirán los hombres y mujeres de izquierdas y de buena fe votando al PSOE?
Ya les adelantamos la respuesta: no todos, pero muchos de ellos lo harán, tan intoxicados están por una supuesta ideología que, entre otras cosas, ha traído la ruina a España y ha creado cinco millones de parados.
El ciclo económico mundial y el modelo productivo de España tienen mucho que ver en esto. Pero más aún la incompetencia de uno los peores presidentes de Gobierno de la Historia.
Pues que voten, que voten al PSOE. Las víctimas de ETA les darán unas muy póstumas gracias. Muchas de ellas, eran del PSOE.