TED WILLIAMS
07-01-11
Ted Williams (TW), historia de una redención, historia de una superación, historia de una salvación.
Quién dijo que no hay esperanza? Hasta el último aliento, todos nos podemos salvar, aunque sólo sea de nosotros mismos.
La historia de TW arrasa en internet, en You Tube, en USA, y por extensión, fascina a todo el mundo.
TW es el último gran héroe americano. Ni ha ganado mucho dinero a lo fundador de Facebook (menudo idiota. Sólo hay que mirarle la cara de pardillo); ni ha ganado guerras ni matado muchos terroristas; ni siquiera ha sido capaz de llevar una vida convencional.
Hasta de antes de ayer, TW era un vagabundo que pedía limosna en los semáforos. Sí, esos pesados que nos quieren vender unos kleneex que ya tenemos y que nunca compraríamos porque a saber si están infectados de la suciedad de quien nos los vende.
La historia de TW no es tan extraordinaria. Persona con un trabajo normal (locutor de radio, de programas de música de jazz, pero dotado de una excepcional voz grave de barítono, masculina, viril, envolvente, ese tipo de voz que enamora a cualquier mujer con tan sólo oírla), se empieza a alcoholizar.
Como todos los alcohólicos profundos, piensa que beberse una botella de güisqui al día, más innumerables cervezas mañaneras para aliviar la resaca, no es nada grave. Es hasta normal.
Durante un tiempo TW aguanta con sus costumbres, hasta que sus desmadrados hábitos empiezan a notarse: un día (o varios) que no acude al trabajo; la mujer, siempre tan paciente (bueno, las calvinistas lo son mucho menos. Las latinas, mucho más), termina dejándole y llevándose a los hijos.
Pierde el trabajo, pierde la casa, embargada por el banco. Y un día se ve en la calle, sin un dólar en el bolsillo y todavía con muchas deudas que pagar.
Y entonces TW camina seguro y cierto y sin posibilidad de salvación hacia los peores infiernos de Dante. Ni siquiera Dante, con su imaginación calenturienta ni la plasticidad y efectividad de sus versos, podría haber imaginado tales horrores.
Casi veinte de años de vagabundo TW. Del alcohol (cuando ni los licores hacen sentir lo que uno pretende, que es morir) pasó a las drogas duras, crack, heroína y demás brutalidades.
Pero un día TW, hace dos años, se levanta del suelo de la calle donde duerme, y seguramente inspirado y ayudado por algún anónimo samaritano, decide rehabilitarse.
TW lleva ahora dos años clean, limpio de cualquier sustancia psicotrópica, incluyendo el alcohol. Y resulta que un periodista anónimo (será él el buen samaritano?) queda fascinado por la seducción, pureza y dicción de su voz, y a pesar de la vida maldita y desastrosa e infame que ha llevado durante casi dos décadas.
La voz aparece en You Tube, hoy resonancia de todo (el Facebook y el Twitter son una mierda y punto), y de pronto el hombre maldito se convierte en un hombre bendito, como el milagro de los peces y no sé qué.
Ahora a TW le llueven las propuestas de trabajo. Ya ha dejado la calle y hasta sueña con tener algún día de nuevo su propio piso, su hogar.
Quién dijo que la esperanza es lo último que se pierde?
Qué razón tenía. A lo mejor fue Dios quien lo dijo.