FG
31-07-09
No recordamos quién fue el que acuñó por primera vez el acrónimo FG, por otra parte tan obvio. Sería Paco Umbral, como muchas otras cosas. Es, claro, Felipe González, el ex presidente de gobierno y al que votamos siempre que se presentó a unas elecciones, incluidas las que perdió, en 1996.
Lo hemos recordado, y hoy le dedicamos la columna, pero con un regusto de desencanto y tristeza. Hemos visto hace poco una foto de él, cuando salía de comer de un restaurante (seguro que no barato, en esta época de cinco millones de desempleados, qué ejemplo de un socialista), vestido de sport con un polo de verano suelto, sin estar metido entre el pantalón, como hacen todos aquellos que ya tienen una buena barriga, una buena panza. Los gordos hacen todo lo posible por disimular su barriga, cuando lo que tendrían que hacer es quitársela. Los delgados, sin barriga, se exhiben ufanos, como unos gilipollas. En el fondo, preferimos a los contentos gordos que a los amargados delgados. Se puede estar delgado y sin barriga, cuidarse, sí, pero la mayoría caen en la vanidad de no tener barriga, como Aznar, que ahora no tiene barriga ni bigote, y sí una patética melena teñida al viento y calza alzas. A lo mejor lo que quiere Aznar es elevar su estatura moral, y por eso se pone las alzas a lo Sarkozy, pero ni por esas, macho. Tú no le llegas al zar Nicolás ni a la altura de sus inocentes alzas. Bueno, que siga con sus carreras y sus gimnasias y que nos deje en paz. Y por favor Señor Aznar: no se le vuelva a ocurrir escribir un libro. Está usted rebajando y contaminado el noble y difícil oficio de escribir. Vale ya, o le contamos a su mujer, Ana Popeya, lo de las alzas y lo de los ligues que tiene, a lo Berlusconi. Don Silvio al menos es gracioso.
FG fue la inspiración de una o varias generaciones. En 1982 fueron nuestras primeras elecciones, y le votamos, para gran cabreo de nuestra clasista y pija (y queridísima) madre, que dijo que nunca más nos compraría ropa cara, buena y pija, con lo que nos gusta. El enfado le duró una semana y a los diez días ya nos quería llevar de compras. Esto de las la compras y las mujeres, incluidas las madres, es un fenómeno muy curioso. Cómo les gusta. Le tenemos que dedicar una columna e investigar un poco más el asunto.
Suponemos que FG fue una inspiración porque era joven y porque representaba el definitivo cambio de una sociedad que había estado reprimida y dormida durante tanto tiempo. También significaba el fin de una pacífica transición, por fin, en este país tan cainita y guerra civilista. Tuvimos años de progreso, como no se conocían desde los años sesenta, y por fin entramos en el llamado Mercado Común, a pesar de Francia, que nos tiraba los camiones de fresas y otras frutas ante la sonrisa y la complicidad de los gendarmes franceses (menuda mierda de policía tienen los franceses. Ni comparación con nuestra eficaz y discreta Guardia Civil, excelentemente pagada, por cierto. La Policía Nacional también mola. El resto, vamos a dejarlo, en especial la policía local, que es una policía de juguete, de vagos –nunca los ves en las calles, patrullando, dando seguridad, sino poniendo recaudatorias multas sobre todo en el Madrid del Faraón Gallardón. Estarán supervisando la construcción de la Pirámide Gallardón, en el Templo de Debod. El Faraón nos va a joder el Paseo del Pintor Rosales, con lo que nos gusta-).
Francia, por entonces, nos ayudaba mucho contra el terrorismo de ETA: sólo detenía a un par de etarras (también llamados mierdarras, como el cura Arzalluz, el que recogía la fruta del árbol que zarandeaba ETA) cuando FG les otorgaba algún favor económico. Que lo cuente él, que lo sabe y es la pura verdad. Ha sido uno de los peores y más miserables chantajes de la historia.
Luego viene la inevitable crisis de 1993, después de las grandes Olimpíadas de Barcelona y la Expo de Sevilla, que para lo único que sirvió fue para que nos pusieran el AVE. Escándalos, corrupción, GAL (los GAL fueron un fracaso gracias a un amigo sevillano de FG, que decía que le gustaba mucho la poesía y Antonio Machado. Gracias a él, se nombró a un civil, que era un putero, ludópata, alcohólico y juerguista, en lugar de un militar, un patriota austero y discreto, que ya estaba seleccionado y él, obediente y leal, había aceptado tan ilegal y delicada misión. Al poeta no le gustaban los militares, y por eso le vetó. Debido a ese fracaso, no ha vuelto a levantar cabeza, y no se le permite dentro de tan estalinista partido abrir la boca, tan locuaz y supuestamente ocurrente era en sus buenos tiempos, y se conforma con los buenos garbanzos de su acta de diputado, y calla cobarde ante los desmanes de ZP, no vaya a ser que se quede sin el puchero del Congreso).
FG es el Dorian Grey de nuestra política. No sólo su gran barriga, pero su cara hinchada y su sobrepeso que impiden que se vean sus ojos, nos sugieren una vida no muy ejemplar. FG, ya ex presidente, descubrió su auténtica vocación tardía: el dinero, y cuanto más mejor. Según la teoría de Dorian Grey, el deseo compulsivo por más dinero y un saludable y hermoso aspecto de hombre maduro, son incompatibles. FG tiene la cara (y la barriga) que se merece. Pues que se joda.
Qué decepción, qué cruz con los ex presidentes. Jose María Graznar, el del no bigote, sólo dice tonterías y escribe libros para señoras fachas. Y a FG, que será el más rico del cementerio (qué manía con lo de acumular tanto dinero. No se dan cuenta que no se lo pueden llevar?), después de admirarle y votarle tanto, no sabemos si lo despreciamos más por el salvaje capitalista que ahora es, con isla en Venezuela, con sus amigos Cisneros y Slim (hay que tener muy poco escrúpulos para que un socialista, todavía con carné, se convierta en asesor de Slim), o por sus cobardes e interesados silencios antes las ocurrencias, gansadas y tropelías de ZP.
FG: o es que si levantas demasiado la mano y regañas a ZP ya no obtendrás más negocios y comisiones, como también obtiene Carlos Solchaga?