LA TRAMPA TREGUA: NOSOTROS ACUSAMOS
05-09-10
Ay, aires de ira vuelven a recorrer España.
Émile Zola, escritor que no nos interesa mucho, la verdad, escribió su very famosa columna en à propos del caso Dreyfus, ese oficial del ejército francés acusado falsamente de ser un espía. Dreyfus era judío, y de ahí viene todo el lío. El caso mereció la atención de Marcel Proust, que como era judío pero sin boina de judío (los judíos sin su pequeña y circular boina, son como menos judíos), obviamente tomó partido a favor de Dreyfus. Nosotros también hubiéramos tomado partido a favor del pobre Dreyfus, y a pesar de Zola, que no sabía escribir bien el francés.
Todo lo que temíamos está ocurriendo. Vamos a ser claros y desde luego nada políticamente correctos: ZP no sólo va a vender su alma al PNV por un puñado de votos (a fist full of dollars), sino que va a vender su desencuadernado cuerpo a ETA. Manda güevos.
El político más inteligente de España se llama Alfredo Pérez Rubalcaba. Los del PP, sobre todo el hierático y alelado Rajoy, son niños de guardería comparados con él.
Pero ay, Rubalcaba, extremadamente inteligente y conspirador (de hecho es su verdadera profesión: forzar la realidad para que parezca otra, como el 11 M), nos quiere vender una burra o como se diga.
Mayor Oreja, ese noble vasco expulsado a Bruselas por el perezoso de Rajoy (menuda mierda de destino. Si tuviéramos que vivir en Bruselas, el spleen podría con nosotros. Ya vivimos una temporada en Frankfurt, y sólo nos salvó que éramos jóvenes y que nuestra hija fue concebida -sin pecado- en tal aburrida y protestante ciudad. Nos quedamos mil veces antes con la católica Munich), ya nos venía avisando desde principios del año 2010.
ZP llamó a Mayor Oreja idiota y antipatriota. Los izquierdones, cuando les criticas, te llaman antipatriota, como mínimo.
Pues vale. Situación actual.
A los joputas de los etarras (también llamados mierdarras), resulta que el señorito Rubalcaba les está dando muchos beneficios penitenciarios desde hace tiempo: que si aproximaciones a Euskadi; que si helado de postre en la cena; que si una paja acompañado; que si Mamá te va a ver mucho a la cárcel con sus chipirones en su tinta.
Ya hemos visto los efectos del maravilloso y muy justo sistema legal en España. Juana Echaos o como se diga, después de matar a mujeres y niños en el atentado en el Hipercor en Barcelona, sólo ha estado 20 años en la cárcel, y ahora se descojona de todos nosotros. Ah, y está de nuevo en fuga, seguramente con el mono matón Chávez, el que duerme en los árboles y le quita los plátanos a los monos más pequeños, como buen matón.
Hoy nosotros queremos acusar.
Acusamos a ZP de ser el peor presidente del gobierno de la tumultuosa y nada fácil Historia de España; le acusamos de negociar unos Presupuestos Generales del Estado con la mierda del PNV (esos que recogen el fruto del árbol que zarandea ETA, según dijo el jesuita de Arzallus), a costa de romper con un principio que a todo hombre progresista y de verdadera izquierda le haría llorar: la caja única y solidaria de la Seguridad Social; le acusamos de su ansia de poder y de su nulo sentido democrático: no sólo no acepta que la derecha (aunque sea mala y triste, como lo es Rajoy) pueda llegar a gobernar, sino que por el pecado de la soberbia, quiere imponer a su aérea candidata , Trinidad Jiménez, en la elecciones de la CA de Madrid.
Bueno. Ya nos hemos cansado de acusar. Afortunadamente, no somos Zola. Y desgraciadamente, no somos Proust.
Nos despedimos con un recuerdo, con una pulsión de nuestro corazón: por todas las víctimas de ETA: esos niños y madres de Hipercor Barcelona; Miguel Angel Blanco, cuando toda España lloró junta, y aún así fue llevado a un precioso y averdado campo vasco, y fue puesto de rodillas y asesinado con un tiro en la nuca; por cualquier inocente muerto en manos del violento. Nuestro corazón y nuestro recuerdo estarán siempre con vosotros.
ZP, Rubalcaba: os estáis cagando en los muertos. Vosotros veréis. Y todo por tener un poco más el Poder, nada más. Que Dios os coja confesados. Lo vais a necesitar.
