Hemos comprobado como los bancos centrales son capaces de contrarrestar la incertidumbre. Tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo han tranquilizado a los mercados. El ciclo económico puede sostenerse gracias al previsible recorte de tipos de interés del dólar en julio y el discurso suave de Mario Draghi. La euforia ha llevado a las bolsas a recuperar la senda alcista, dentro de un contexto de lateralización. Ahora, esta semana, la clave está en la cumbre del G20 y las negociaciones entre Estados Unidos y China que tendrán– o no tendrán – lugar. La macroeconomía, a pesar de ser abundante, no tiene apenas relevancia; esto se debe a que las previsiones no indican grandes cambios de los indicadores. El foco de atención se centra en cómo se desarrollarán los acontecimientos previos a la cumbre del viernes.
Ahora cabe preguntarse cómo es posible que todo dependa de Twitter y las declaraciones de Donald Trump a través de este medio. El temor a lo que pueda suceder es más peligroso que lo que los hechos en sí mismos, el presidente norteamericano lo sabe bien y juega con ello. La prueba evidente la obtenemos en la imposición de aranceles a los productos mejicanos. Como consecuencia, Trump obtuvo lo que (previsiblemente) pretendía desde el comienzo: el control migratorio de su vecino del sur. La amenaza de una guerra económica con fines de satisfacer otros objetivos es una estrategia política tan antigua como la civilización. Podría considerarse una coacción política.
Por otra parte, China, que también es una potencia económica, no se deja intimidar; logrando desatar una guerra fría, un problema espinoso cuya solución no se prevé que pueda alcanzarse en una sola Cumbre de Líderes. Si se consigue un avance, una solución parcial, una prórroga, una promesa de mayor diálogo o una relajación en las tensiones, la economía mundial puede quedar complacida. Un alto el fuego, un respiro, (buena) voluntad para paliar el pulso. Mientras, los bancos centrales soportan la economía, actúan de contrapeso. No es de extrañar que los mercados se encuentren en un rango lateral.
Gráfico en velas diarias del Ibex 35 (Fuente: ProRealTime)
Resumiendo, la cumbre del G20 en un ambiente de problemas entre dos potencias y las pobres expectativas de los indicadores macro generan que esta semana nos centremos en una red social, para tener un conocimiento inmediato de las intenciones (o confusiones) de Trump. Podemos imaginar la incertidumbre.
A continuación, pasamos a repasar las noticias de mayor relevancia que nos trae la agenda económica semanal.
Agenda económica semanal
Lunes, 24
- Alemania publicará su índice IFO de confianza empresarial.
Martes, 25
- España divulgará su índice de precios industriales.
- Publicación de la confianza del consumidor de Estados Unidos.
- Estados Unidos hará públicos la variación en las ventas de viviendas nuevas relativas a mayo.
- Se esperan declaraciones de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Miércoles, 26
- Declaraciones de Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra.
- Estados Unidos publicará el resultado de pedidos de bienes duraderos correspondientes a mayo.
Jueves, 27
- Publicación del IPC en España.
- España hará público su índice de confianza empresarial.
- Publicación del IPC en Alemania.
- Estados Unidos divulgará su tercera revisión del PIB correspondiente al primer trimestre.
- Publicación de la variación en las ventas de viviendas pendientes durante el mes de mayo en Estados Unidos.
Viernes, 28
- España publicará su PIB correspondiente al primer trimestre.
- Reino Unido hará público su PIB correspondiente al primer trimestre.
- Publicación del IPC de la zona euro.