Hoy se darán a conocer los datos de ventas al menor USA de marzo, el consenso estima un nulo crecimiento frente al 1.1% de aumento del mes anterior.
Hoy se darán a conocer los datos de ventas al menor USA de marzo, el consenso estima un nulo crecimiento frente al 1.1% de aumento del mes anterior.
Es increíble que después de todo lo que pasó durante el siglo XX aún queden personas que defiendan el patrón oro. Es como si en medicina hubiera gente que aún creyera en el sangrado con sanguijuelas.
La cantidad de moneda que hace falta en cada momento va variando y por tanto cualquier cantidad fija es catastrófica.
Respecto al bitcoin, creo que su magnífico artículo merece al menos alguna precisión.
El bitcoin posee el respaldo que le otorgan la tecnología, el espíritu emprendedor y el ahorro real y la confianza de todos y cada uno de sus tenedores; lo respaldan individuos, así, de uno en uno, de forma descentralizada, sin trampa ni cartón: sin reservas fraccionarias, sin arbitristas, sin krugmans, bernankes ni otros trampantojos. A salvo de montoros. Sin necesidad -de momento- de instituciones desnaturalizadas como los actuales bancos. Y eso es bastante más de lo que pueden ofrecer el resto de monedas de curso forzoso- amén de fiduciario-, diseñadas precisamente para ser manipuladas a su antojo por manirrotos gobiernos saqueadores y por bancos centrales empeñados en expandir artificialmente el crédito, sin que parezcan importarles una higa los evidentes efectos descoordinativos de sus políticas. Esas monedas son las que, salvo que de resultas de esta crisis vuelvan a anclarse de una santa vez a algo tangible y estable- lejos de los manejos inflacionarios de los estados-, están destinadas a desaparecer.
Una cosa es que, por estar aún en proceso de monetización, el bitcoin sea todavía un activo de alta volatilidad y otra distinta que no pueda ser el futuro. Así, sin hacer apenas ruido, él solito, acaba de testar un soporte bastante firme. Y con rebote inmediato. El segundero de la Historia parece que ya está en marcha. Qué cosas.
Yo no sé a qué plazo pero, sin reservas, a día de hoy apuesto por él. Porque, según se ve el panorama, apostar por el bitcoin es apostar por la libertad.