Los bancos son intermediarios financieros y son imprescindibles en una economía moderna. Facilitan el buen funcionamiento económico “engrasando” el flujo de capitales.
Los bancos son entidades peculiares. Es como si tuviesen el balance “invertido” en las categorías de activos y pasivos. Un depósito (que es dinero recibido) es un pasivo y un crédito (con el riesgo que conlleva) es un activo. Si desea repasar nuestro video sobre el balance (https://youtu.be/io8fLZcJoMs).
El sistema bancario requiere una autorización. Los bancos comerciales crean dinero a base de préstamos sucesivos con reserva fraccionaria. El banco es incapaz de devolver todos los depósitos de sus clientes debido al “descalce de plazos”.
En otras palabras, el sistema se basa en la confianza. Cuando esta confianza desaparece se puede llegar a un “pánico bancario” como el caso de Northern Rock en Reino Unido. Un reportaje de la BBC provocó que los clientes retirasen en masa sus depósitos. Este tipo de episodios son difíciles de contener en una sola entidad, ya que los bancos forman una red gigantesca de préstamos interbancarios.
Por todo esto, aparte de la opinión que nos merezcan, los rescates bancarios y las intervenciones en una crisis financiera son inevitables. Especialmente si la crisis llega a afectar a entidades grandes.
Como consumidores tenemos que ser conscientes de que los bancos venden muchos productos que se alejan de su negocio tradicional de prestar. Estos productos se venden por propio interés de cubrir objetivos (comercial y banco en sí) y a menudo defraudan la confianza de muchos años entre cliente y entidad. El secreto es: busque, compare, y si encuentra algo mejor: ¡cómprelo!
Los bancos son muy necesarios pero no debemos caer en el “síndrome de Estocolmo bancario”.
Juan Cogollos
Responsable de Comunicación de Impassive Wealth
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