En el último artículo que escribí sobre el Ibex, antes de las vacaciones de agosto, comenté que si se superaba la zona de 10.600 no veía resistencias claras, más allá del primer y psicológico nivel de los 11.000 puntos, hasta la zona de 11.360, retroceso porcentual del 50% de toda la caída previa, y la zona de resistencias en torno a 11.500.
Ahora, pasado más de un mes, cabe decir, dado que el movimiento alcista sigue vigente e impecable, que si se supera el nivel de 11.530, no se distinguen resistencias significativas hasta la zona comprendida entre 12.000-12.200 puntos y, posteriormente la zona de 12.500, que así mismo coincide con el retroceso porcentual correspondiente al 61,8% de toda la caída previa.
En el gráfico semanal del futuro del Ibex, resaltan con claridad el soporte localizado en 9.880 y la resistencia sita en 12.129. Sobre este nivel transcurre, además, la media móvil de 200 sesiones, cuya presencia no se puede obviar, a pesar de que no se suele usar demasiado en escala semanal. Igualmente se puede observar el largo periodo de congestión que se produjo en 2.008 entre los meses de julio y septiembre entre ese nivel y los 11.000 puntos, como paso previo a una caída fulminante en octubre del mismo año.
A priori no cabe excluir ninguno de los tres escenarios, ni la visita a los 12.000, ni un periodo de congestión, ni una caída fulminante próxima a los 9.880. Frente a la congestión sólo procede la paciencia, pero ante el primer escenario y el tercero, uno debería plantearse la venta y la compra, respectivamente.
Si se sigue subiendo no habría que dudar en abrir posiciones vendedoras de medio plazo sobre 12.100, teniendo en perspectiva el objetivo en los 10.000 puntos; y si se cae, habría que considerarlo como un lógico y sano retroceso a la directriz bajista superada y a la zona reconvertida ahora en soporte, y buscar abrir posiciones compradoras entre 10.050 y 9.800 pensando en retomar la senda de las subidas.
Poniendo el microscopio sobre el gráfico diario, se advierte una posible zona de techo en torno a los 11.530 puntos, parte alta de dos canales. Sin embargo, no debería haber mayores motivos de preocupación mientras los precios coticen por encima de los 10.870 puntos; perderlos supondría confirmar el techo e incluso un posible hombro-cabeza-hombro canalizado y ascendente. La pérdida de este nivel podría implicar, de entrada, un movimiento brusco y rápido hasta el entorno de los 10.500. A muy corto plazo tampoco sería conveniente perder la zona de 11.200 puntos.
Por arriba, la referencia clara se sitúa sobre los 12.000 puntos, y para ello sería esperable nuevamente la colaboración y acompañamiento de los demás índices. De la misma manera que en el artículo anterior se esperaba un Euro Stoxx cotizando por encima de los 2.650 puntos para que el Ibex pudiera llegar a niveles de 11.350-11.500 puntos, esta vez no sería propicio que se dieran precios inferiores a 2.670 enteros. Si bien en esta ocasión parece que es el Ibex el que duda en acompañar las últimas subidas de otros índices.
Como hecho positivo, no se puede dejar de señalar debidamente que la media móvil de 200 sesiones ha pasado de aplanarse a empezar a girarse con suavidad al alza.
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