El par libra esterlina – yen ha venido desarrollando en los últimos años una correlación positiva con la renta variable de gran armonía y fidelidad, pero en los últimos meses, sin embargo, el par ha tenido la virtud de regir casi como un indicador adelantado, pudiendo facilitar referencia y ayuda al inversor de cara a evitar algunos de los excesos que se han podido producir en los mercados de renta variable.
Tal y como se puede observar en el gráfico, el par libra–yen adelantaba en febrero la subida posterior del Euro Stoxx y evitaba los extremos del último movimiento bajista de aquél. En agosto, en cambio, desdeñaba el movimiento alcista de los índices de acciones y anticipaba la corrección. Ahora que parecen buscar acompasarse nuevamente, convendría estar atento a la correlación con vistas a poder confirmar la veracidad del nuevo movimiento que se inicie.
Al hablar
del contrato del vencimiento de diciembre del Euro
Stoxx, ya comenté que sus líneas seguían vigentes y las espadas en alto, y que las velas en forma de
martillo podrían servir para frenar la corrección iniciada e iniciar un repunte. En el gráfico continuo ese repunte se manifiesta en forma de retroceso a las directrices perdidas y en la posible formación de un hombro derecho.
De momento, se pueden distinguir dos movimientos alcistas que guardan cierta proporción en tiempo, recorrido y corrección, en ambos casos del 38,2%; y si se supera la zona de 2.900 debería cristalizar un nuevo intento de superar los máximos anuales y una posible acometida de un tercer tramo al alza.
Si el futuro del Euro
Stoxx ha oscilado entre 2.950 y 2.670, niveles que separan la continuidad alcista de la bajista; en el par
gbp/
jpy se podría hablar de una amplia zona de oscilación entre 163 y 139 y de un doble techo, aunque para el más corto plazo sería conveniente vigilar los niveles de 153,30 y 145,80, cuya ruptura debería determinar su posible fuerza alcista o bajista y también servir como referencia para analizar el movimiento de la renta variable.