Como decía Gordon Gekko, que personificaba la ambición desmedida en Wall Street de Oliver Stone, allá por los 80,: "Algo grande está cayendo".
Aún no sabemos con exactitud qué es y qué impacto tendrá en nuestros días. Este modelo ingente, gigantesco y soberbio, instrumentado en un único fin de hacer dinero está quebrando. La codicia ha pasado al miedo y con éste no hay obstáculo que pueda superarse.
La telaraña del sistema ha colapsado los motores de la sociedad. Diversificado en sectores, globalizado y pendientes de los mercados. Nadie es responsable de nada y todos están inundados. Solteros, casados y divorciados.
El turismo, los nuevos zapatos, el colegio de pago, la televisión por cable, las vacaciones por descanso, el 2x1 y la propina por los servicios prestados. Absolutamente todo ya es cosa del pasado.
El modelo se ha saturado. No se ha parado, está en ralentí y sin el embrague pisado. El GPS no funciona y el destino no aparece en pantalla. Llamo al call center y me sale un contestador automático.
A todo esto, la agonía y la xenofobia se agudizan por defender cada uno lo suyo de lo que todavía no le han robado.
No hay referencia a seguir ni maestro guía. El fenómeno gurú ha desaparecido. Otra patraña más de un modelo equivocado.
¡Que no cunda el pánico!. Esto se arregla a fuego lento, paciencia y filosofía aunque el ingrediente primero es tener disponible el tiempo. Sin esto no avanzaremos y como decía Gekko, nos caeremos.