Durante el fin de semana muchos políticos en Europa han estado reunidos. La primera decisión ha sido la de los gobiernos de Francia, Luxemburgo y Bélgica de salvar al banco Dexia. La entidad financiera lleva unas cuantas jornadas en caída libre por su probable inminente bancarrota.
Bélgica colaborará con 4 mil millones de euros por lo que se hará con el control de la totalidad de Dexia Banca Bélgica, la filial belga del banco Dexia. Hay que recordar que su deuda nacional supera ya el 100% del Producto Interior Bruto. Se ha confirmado que se creará un banco residual, también conocido como 'banco malo', para aislar los activos tóxicos de la entidad franco-belga. El banco residual tendrá activos por unos 90.000 millones de euros, que serán garantizados por los Estados belga (60,5 %), francés (36,5 %) y luxemburgués (3 %).
La segunda decisión ha sido tomada por Merkel y Sarkozy, donde han repetido varias veces que harán todo lo necesario para recapitalizar los bancos así como para estabilizar Grecia. Eso sí, la solución no estará lista para presentarse hasta finales de mes, por lo que no dejan de ser promesas pero que podría ayudar a sostener el mercado.
La banca será la clave a seguir para ver el sentimiento del mercado.