El nuevo primer ministro Rajoy está cambiando su foco desde el deplorable estado de las finanzas públicas a las de los bancos con problemas en España. En particular, está tratando de obligar a los bancos españoles a provisionar pérdidas en préstamos inmobiliarios morosos y dudosos. Según algunas estimaciones, la deuda de propiedad de los bancos sobre préstamos es de 200bln de euros, mientras que los bancos no han provisionado ni siquiera un tercio de ese total. El total de préstamos pendientes es de 1.79trln euros. El Banco de España informó recientemente que los préstamos en mora alcanzaron un máximo de 17 años con un 7,5% en noviembre.
Uno de los principales objetivos del ministro de Economía de Guindos es ver cómo los bancos españoles aumentan las provisiones de manera significativa durante la temporada de resultados futuros destinando parte de las ganancias. Un par de semanas atrás dio a entender que otros 50bln euros se podrían añadir a la pequeña cantidad principal. El gobierno también está interesado en las fusiones bancarias en el que algunos de los jugadores más grandes y fuertes, pueden salvar a los más pequeños y más vulnerables. En contraste con el enfoque adoptado en otros países europeos como el Reino Unido, Rajoy quiere evitar comprometer fondos públicos adicionales a los bancos. En cambio, los bancos han pedido dinero para pagar la factura de algunos de ellos sobre la reestructuración que ha tenido lugar ya, y hay muchas posibilidades de volverán a solicitarlo. El problema de este enfoque es que los inversores se muestran reacios a invertir en los bancos más fuertes, mientras que el riesgo de que las ganancias se diluyan se ha mantenido. Al mismo tiempo, el gobierno español simplemente no tiene otra opción -,no puede permitirse el lujo de inyectar un dinero que no tiene.