El presidente del BCE, Mario Draghi, continúa ganando algunos aplausos merecidos tanto del mercado de divisas como en los mercados de bonos por su valiente iniciativa para llevar a cabo una LTRO a 3 años sin límite. Con cierta justificación, Draghi afirma que ha ayudado a destapar algunas de las tuberías que amenazaban con causar un Armageddon en muchos bancos europeos a los que, de lo contrario, se les niega el acceso a la liquidez en el resto del planeta. Sin embargo, su afirmación de que los fondos prestados por el BCE no se vuelven a depositar es contraria a la evidencia que sugiere que la mayor parte de ella reside de nuevo en el BCE. También sugirió darle un pequeño impulso al euro, viendo tentativas, síntomas de recuperación, aunque el futuro es aún incierto. Por otro lado, Draghi nuevo elogió los progresos realizados en Italia y en España en relación con la austeridad fiscal y las reformas estructurales, afirmando que los mercados han digerido ya las medidas adoptadas. El presidente del BCE también expresó su apoyo en la cuestión del pacto fiscal, que espera que se firme a finales de mes.
Draghi presenta claramente una propuesta diferente a Trichet. Su enfoque es refrescante, profundo y valiente. Teniendo en cuenta la esclerosis económica de Europa, tiene que ser.