La crisis lleva a los españoles a gastar menos y a consumir más en casa.
"España se está europeizando: ir al bar o comer fuera está dejando de ser un hecho cotidiano; se ha hecho más ocasional o se reserva para ocasiones especiales". Esta es una de las principales conclusiones a las que llega José Luis Nueno, economista del IESE, en su último estudio sobre consumo. El acercamiento a las costumbres de países más fríos como Dinamarca o Alemania nada tiene que ver con el cambio climático. La crisis económica, que dura ya tres años, es la culpable de que los hábitos de consumo estén cambiando en España.
No es que se coma, se beba o se compre menos. Es que se hace de otra manera, dice Nueno en su estudio, distribuido por la asociación de fabricantes y distribuidores Aecoc. La venta de refrescos o alcohol, explica, cae en los locales de hostelería, pero crece en los supermercados (ha habido un trasvase, por ejemplo, del 6,6% de la cerveza del bar al hogar). También baja la venta de palomitas en el cine, mientras que su consumo en casa ha crecido el 50%. Incluso los cosméticos o los tintes para el pelo se aplican más en el hogar y menos en los salones de belleza.