Comprendo que a alguien pueda parecerle extraño que desde este blog, principalmente dedicado a la inversión/especulación en Bolsa, se haga una afirmación como la del título del post, así que me explicaré.
Como una misma palabra no siempre significa exactamente lo mismo para todos, antes que nada dejaré claro qué es para mí ahorrar: Ahorrar es guardar una parte de todos nuestros ingresos para un uso específico futuro evitando, en lo posible, endeudarnos pidiendo préstamos aunque, por ejemplo, para comprar una casa, probablemente no tengamos otro remedio.
Algunos posibles usos del ahorro que me vienen a la cabeza, a botepronto, podrían ser:
* Atender emergencias (accidentes, enfermedades, desempleo etc.).
* Atender grandes compras y gastos (vehículos, muebles, electrodomésticos, viajes etc.)
* Montar un negocio propio.
* Preparar la jubilación.
* Otros.
Pero ¿no es verdad que se puede multiplicar muchísimo más el dinero invirtiéndolo que ahorrándolo?. Sí y no.
Es un hecho estádísticamente probado que, a largo plazo, invertir en el mercado de valores reporta mayores y mejores beneficios que el ahorro.
El problema es el factor tiempo. Las emergencias o los grandes gastos, no siempre los podremos planificar sino que, la mayoría de las veces, llegarán sin avisar, cuando menos lo esperemos, aunque nuestras inversiones no atraviesen por su mejor momento.
En la recesión económica actual, en la que hay tantas personas preocupadas por haber perdido, o estar en riesgo de perder, sus trabajos, sus negocios, sus casas, sus bienes o sus inversiones, únicamente quienes hayan sido ahorradores previsores, podrán salir airosos del envite. Sólo los ahorradores son ricos SIEMPRE, durante las vacas gordas y las vacas flacas, mientras que quienes se han endeudado comprando casas demasiado caras para sus ingresos o quienes han llevado un tren de vida excesivo, cegados por los estratosféricos retornos de sus especulaciones de riesgo, que parecía que nunca dejarían de subir, han sido víctimas de la falsa ilusión de riqueza que les daban sus créditos y especulaciones, así como de su consumismo desbocado.
Aquí queda desvelado el secreto: La verdadera riqueza es el ahorro.