Esto es lo que se avecina en cuanto a noticias económicas: el próximo informe sobre el empleo podría revelar que la economía está creando puestos de trabajo por primera vez en dos años. El próximo informe del PIB probablemente muestre un crecimiento estable durante el último periodo de 2009. Habrá montones de comentarios optimistas; y los llamamientos que ya estamos escuchando a favor del fin del estímulo, de volver sobre los pasos que el Gobierno y la Reserva Federal dieron para sostener la economía, sonarán con más fuerza todavía.
Pero si hacemos caso a esos llamamientos, repetiremos el gran error de 1937, cuando la Reserva y la Administración de Roosevelt decidieron que la Gran Depresión había terminado, que era hora de que la economía empezase a caminar sin muletas. El gasto se recortó, la política monetaria se hizo más estricta y, rápidamente, la economía se volvió a hundir en el abismo.
Esto no debería ocurrir. Tanto Ben Bernanke, el presidente de la Reserva, como Christina Romer, que dirige el Consejo de Asesores Económicos del presidente Barack Obama, son expertos en la Gran Depresión. Romer ha advertido explícitamente del riesgo de que los acontecimientos de 1937 se repitan. Pero aquellos que recuerdan el pasado, a veces lo repiten a pesar de todo.
Seguir leyendo el artículo de Paul Krugman en El País