Terminó 2010 y como buen samaritano es posible que tengas mil propósitos para este nuevo año pero mucho me temo (y no lo digo por molestar) que si estos tienen trasfondo económico y la situación no mejora pocos terminarán realizándose.
En 2011 no deberíamos esperar grandes cambios ya que Zapatero seguirá haciendo lo único que sabe hacer: poner parches con los que contentar a unas minorías a costa de cabrear a otras. Es la misma jugada rastrera aplicada una y otra vez afectando a todos los colectivos posibles: empresarios, parados, trabajadores, jóvenes, jubilados, funcionarios, sindicalistas y concejales. Nadie se salva del zarandeo, ni siquiera los 12 millones de intocables de los cuatro últimos grupos.
En mi opinión (y no es la primera vez que lo digo) lo que necesitamos es una mano de hierro a la que no le tiemble el pulso a la hora de aplicar las que a mi juicio son las únicas medidas que podrían salvar esta situación:
1. Salida del euro e instauración de una moneda propia, llámese neopeseta, que podamos manosear y manipular sin pedirle permiso a Merkel.
2. Devaluación de la moneda e IVA al 12% para atraer a la inversión extranjera, que en definitiva es la única que puede sacarnos del pozo.
3. Reestructuración financiera. Lo del FROB ha servido para salvarle el culo a los caciques (y para que Botín se pasee viendo Fórmula 1 por medio planeta) pero ha supuesto la ruina para el Estado. A las cajas hay que dejarlas quebrar o fusionarse y, por supuesto, su capital debe ser exclusivamente privado. Lo de nacionalizar la banca y acabar con el caciquismo bancario suena bonito pero la experiencia demuestra que el concepto de Estado son cinco tíos decidiendo a quién hacer favores a costa de una orgía con el dinero de todos.
4. Reconversión industrial. La economía del sol y de la playa ha sido durante muchas décadas una mina de oro duró pero aquí hacen falta fábricas. Somos un modelo completamente agotado que amenaza ruina. Un ingeniero tarda seis años en sacarse la carrera y cuando le dices que trabajará por 1.200 euros te manda a tomar por culo y salta la frontera de los Pirineos. Lo llaman fuga de cerebros pero no es sino la consecuencia inmediata de ser gobernados por ineptos.
5. Progresiva privatización de servicios públicos y supresión del estado del bienestar. Es en este punto donde a más de uno, por el adoctrinamiento de toda una vida, le entra el canguelo. Os pido realismo: el Estado no puede mantener el ritmo de vida de una sociedad española perezosa y acostumbrada al subvencionismo. Las pensiones tienen que desaparecer y las subvenciones se tienen que recortar progresivamente hasta hacerlas desaparecer. Del mismo modo, servicios como sanidad o educación tienen que pasar a manos privadas que los gestionen más eficientemente. Un sistema económico minarquista es perfectamente posible, además de necesario si no queremos quebrar el país y empobrecer a sus habitantes.
Este año que ha pasado nos ha servido para asumir que el tren de vida que llevábamos gracias al respaldo del crédito fácil y barato no se va a repetir hasta que pase mucho tiempo. Hemos jugado a ser niños ricos, comprar teléfonos caros, coches de gama alta y segundas residencias. Ahora toca pagar las consecuencias y aceptar que el cambio en el modelo económico es básico para garantizar un futuro con ciertas garantías.
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