Pero, ¿cuáles son los factores que inciden en esta baja productividad española?
En primer lugar, la educación es un factor clave. Existe una gran distancia entre cantidad y calidad de capital humano que posee España respecto a la que poseen diversos estados europeos. Por lo tanto, sería necesario un incremento de la educación de calidad siendo esto posible, dedicando mayores recursos económicos. También sería positivo otorgar mayor relevancia a la faceta de la enseñanza, además de la investigación, que desempeñan los profesores, consiguiendo así que sea más prioritaria y valorable a la hora de destacar al profesorado. Todo esto sería más facil conseguirlo implementando también, una mejor gestión y organización de los centros educativos. Todos estos cambios y mejoras, para llevarlos a buen término cuanto antes, sería necesario, por parte del ámbito político, una mayor estabilidad, siendo la educación una materia consensuada, planificada para el largo plazo, con unos objetivos que deben perseguirse y pretender mejorar continuamente, sin estar a espensas del gobierno de turno y sus más que posibles modificaciones para diferenciarse, no para mejorar.
En segundo lugar, el tamaño de las empresas. Las pymes españolas son la mitad de productivas que la media del sector, mientrás que las empresas grandes españolas, son superiores entre un 30 y un 60%. El problema es que la inmensa mayoría, un 98,8% de las empresas españolas son pequeñas, las pymes anteriormente mencionadas y, por lo tanto, viendo esta comparativa, sería interesante que el entramado empresarial estuviera formado por más empresas de gran tamaño ya que, con estas dimensiones, las empresas españolas si son productivas.
En tercer lugar, los costes regularios y administrativos en nuestro país se sitúan en niveles muy superiores a los de países anglosajones, característico de muchos países europeos.
En cuarto lugar, la baja inversión tecnológica, que se ve reflejado en que, el stock de capital tecnológico está por debajo del 6% del PIB, porcentaje que ni tan si quiera es la mitad de la media de los quince de la Unión Europea y que. Es un factor de gran importancia para un incremento de la productividad y tan solo estamos cerca del 50% de la media de la UE.
En quinto y último lugar, los costes laborales del mercado de trabajo español son muy altos. Un trabajador, de media en España, cuesta 2.400 euros al mes. Es una cifra inferior a la que presenta la media europea aunque, con una evolución de crecimiento superior a la del resto de países europeos.