La Comisión Nacional de Competencia (CNC) ha anunciado que abrirá una investigación para comprobar si existen posiciones de dominio entre las empresas del sector energético a la hora de fijar los precios (cártel) de los carburantes. Dicho anuncio tuvo, el pasado martes (09-09-2008), una respuesta inmediata por parte del director de la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos, Álvaro Mazarrasa.
Mazarrasa negó que exista una posición común entre las petroleras a la hora de subir o bajar los precios de los carburantes y defendió la transparencia del sector. Mazarrasa justificó esta afirmación explicando que el precio del crudo sólo repercute sobre menos del 50% del coste de los carburantes. 'Casi la mitad del precio corresponde a impuestos, a lo que hay que añadir cerca de un 11% de costes fijos, como distribución, seguridad o almacenamiento'.
Del mismo modo, aseguró que la devaluación experimentada por el euro frente al dólar en las últimas semanas ha reducido el efecto amortiguador que hasta el momento había tenido la divisa europea. Esta circunstancia ha contribuido, a su juicio, a que el descenso del 20% que ha experimentado el precio del crudo desde principios de julio no se haya transmitido en la misma proporción a la gasolina y al gasóleo.
Concretamente, la investigación abierta por la CNV, va a tratar de determinar la existencia de un cártel (cooperar para fijar precios y producción) en dicho sector. Para que un cártel tenga éxito necesita que bastantes productores formen parte del cártel acatando los acuerdos estipulados y que, la demanda de mercado sea suficientemente inelástica ( los bienes cuya demanda es muy sensible al precio, pequeñas variaciones en su precio provocan grandes variaciones en la cantidad demandada y se dice de ellos que tienen demanda elástica, por otra parte, los bienes que son poco sensibles al precio son los que tienen demanda inelástica o rígida).
Para que un cártel pueda subsistir varios años en necesario de 2 condiciones. La primera es, la creación de una organización estable cuyos miembros acuerden los niveles de precios y de producción y obedezcan el acuerdo. Cada miembro puede tener unos costes distintos, una valoración diferente de la demanda de mercado e incluso unos objetivos diferentes, por lo que puede querer fijar un precio distinto. Por otra parte, cada miembro se siente tentado a "hacer trampas" bajando levemente su precio para capturar mayor cuota de mercado de la que le correspondería. La mayoría de las veces, sólo la amenaza del retorno a largo plazo a los precios competitivos disuade de hacer este tipo de trampa. La segunda condición para que un cártel tenga éxito es la posibilidad de conseguir poder de monopolio. Incluso aunque un cártel pueda resolver sus problemas organizativos, apenas hay margen para subir el precio si se enfrenta a una curva de demanda muy elástica. El poder de monopolio potencial puede ser la condición más importante para tener éxito, a mayor poder de monopolio mayor fuerza para imponer precios más bajos a cantidades más pequeñas de producción; si los posibles beneficios de la cooperación son grandes, los miembros del cártel tienen más incentivos para revolver sus problemas organizativos.
Algunos ejemplos destacados de cárteles son: la OPEP, la Asociación Internacional de la Bauxita, cártel internacional secreto del uranio, mercado del yodo (1878-1939), Mercurio Europeo (1928-años 60) y CIPEC (Chile, Perú, Zambia y Congo, productores de cobre).