En las entidades financieras se calcula deduciendo de los intereses cobrados por los activos de los pagados por los pasivos.
Es el resultado de la actividad más habitual de las entidades de depósito, y en general se observa un claro sentido descendente que se puede explicar por:
• reducción de los tipos de interés, e
• incremento de la competencia.
La intensidad de este descenso no ha sido igual para todas las entidades: en las cajas la caída ha sido menor que en la banca, fundamentalmente debido al tipo de clientela media (en las cajas es más propia del negocio minorista, con menor cultura financiera, y menor sensibilidad a la caída de tipos de interés).