Una persona que empezara a invertir a los 25 años 4.200 € y luego incrementara la cuantía en un 4% cada año podría jubilarse a los 50 años con unas rentas mensuales de casi 2.400 € y un patrimonio de aproximadamente 390.000 €. Por supuesto, cuanto mayor sea la aportación anual antes podrá decidir jubilarse el inversor (incluso a los 40 años); si no, percibirá rentas aún mayores.
Pensemos en este supuesto totalmente realista: unos padres que decidan hacer a su hijo recién nacido el que sin duda será el mejor regalo que reciba en su vida: abrirle un fondo de valores bursátiles por valor de 12.000 €. Ese fondo se habrá revalorizado hasta los 90.000 € cuando el niño ya no sea tal y cumpla 30 años: le proporcionará unas rentas pasivas mensuales de más de 600 €.
El problema es que la inmensa mayoría de la población ha crecido en una sociedad de trabajadores ajena a la actividad empresarial e inversora. ... Los ricos no lo son porque obtengan cada año unas rentas muy elevadas que les permitan gastar de manera desbocada, sino porque han amasado un gran patrimonio y lo están destinando a tareas productivas.
Excelente David de la O en Estado del Bienestar vs Sociedad de Propietarios en mentemillonaria.es