Excelente el artículo de Un café a las 11 del que extraigo algunos párrafos:
Algo que llama poderosamente la atención cuando viajas al extranjero o cuando algún extranjero viene a nuestro país (especialmente nuestros vecinos europeos) son los horarios. Realmente tenemos un problema con el reloj. En cualquier país de nuestro entorno, los horarios son mucho más racionales que los nuestros.
Hasta los años 30, en España, se comía a las 12 y se cenaba a las 17 como en muchos países de Europa. [...] mientras que los horarios de los colegios siguen las pautas de los años 30, los horarios laborales han cambiado. [...] ¿cuál fue el origen del cambio? La causa: La guerra. La consecuencia: el pluriempleo. [...] Este pluriempleo forzó un horario laboral y unas costumbres adaptadas que a que la mujer no trabajara y se quedara en casa. [...] la muy arraigada costumbre de comer 2 platos y postre, el famoso “menú del día”. [...] Mientras que en otros países se come en 20-30 min, en el nuestro se emplean 40-60 min.
Lo triste del caso es que estas jornadas laborales no parecen haber mejorado en absoluto nuestra productividad, que sigue en las más bajas de Europa. No se trata de “echar horas” sino de “poner resultados”. Es más, estamos entre los paises de Europa que menos duermen, y esto no solo afecta a la productividad, sino también a la salud.
Hay que cumplir con los horarios laborales de una forma mucho más estricta, saliendo del trabajo todos los días a la misma hora. Esto permitiría más tiempo para otras actividades. En Holanda, por ejemplo, nada más acabar la jornada laboral se cena. A las 17 o 18, y luego se hace deporte, salir, o ir de compras. A las 20 o antes todos están en casa, y preparándose para dormir.
