Europa no es una creación nueva, sino un redescubrimiento, que se incuba desde hace más de un milenio; y la adhesión de España a la Comunidad Económica Europea sigue siendo un objetivo prioritario del Gobierno y un horizonte ampliamente compartido por un elevado porcentaje de ciudadanos. Ésta es la idea con la que el escritor y empresario Daniel de Busturia escribe La cita de Atenas en el número 50 de la revista Dinero, en septiembre de 1983.
En este artículo, de Busturia considera que el problema de la integración europea "no es el de buscar la idea, sino el de acertar con el mecanismo para plasmarla". Los llamados Padres de Europa, dice el escritor, encontraron ya la fórmula en los años 50, al considerar que no son los grandes tratados políticos los que generan el buen entendimiento entre las naciones, sino la progresiva penetración de sus economías e integración de sus mercados, a imagen y semejanza de lo que sucede en el marco de un Estado nacional.
Así, tal y como dice el empresario, "todo error o defecto en los mecanismos de integración económica acabaría incidiendo gravemente en el conjunto del proceso". Y, en efecto, la Comunidad no se puede ampliar si no dispone de los recursos presupuestarios precisos para hacer frente, no sólo a la nueva naturaleza agrícola, económica y social de esta nueva CEE ampliada, sino para afrontar su crítica situación del presente, que también se vivía en la década de los 80.
Una primera ampliación "mal digerida", dice de Busturia, seguida de una segunda "excesivamente imprecisa", a la que se añadieron "la crisis económica y la existencia de dos planteamientos claramente distintos y contradictorios sobre el fin último y la entidad de una Comunidad Europea", lo que han contribuido a generar "una situación que, involuntariamente, incide sobre el objetivo comunitario de España".
El escritor escribía este artículo haciendo referencia a que las continuas ampliaciones de la CEE serán el fruto del "posibilismo económico y financiero de una Comunidad en crisis y en la encrucijada de su devenir" y en el marco del consejo de Atenas, que se celebraría unos meses después y que estaba destinado a ser "la esperanza comunitaria de España".
