Esta semana bursátil será recordada por dos cuestiones principales.
La primera, la reacción positiva de las Bolsas tras los atentados de París. El pánico vendedor se dejó notar únicamente en la apertura de los futuros y de las Bolsas asiáticas en la madrugada del lunes. La recuperación desde entonces se acerca a un 5% en la mayoría de selectivos, y la subida desde el cierre del viernes pasado se cuantifica ya entre un 3 y un 4%, lo que constituye una referencia a tener en cuenta en el caso de que se vuelvan a producir atentados terroristas: tras el pánico inicial, muy efímero, las Bolsas tienden a recuperarse. Seguramente, la corrección que tuvimos durante la semana pasada, también explica en cierta medida la subida durante la presente.
El otro acontecimiento destacable de la semana lo encontramos en la respuestas de los mercados a la lectura de las actas de la FED, que, unidas al dato de empleo del mes de octubre que conocimos después de la elaboración de esas actas, elevan muchísimo las posibilidades de que en diciembre se suban los tipos de interés en EE. UU. El mercado parece haber descontado esa posibilidad, y ahora parece celebrar la fortaleza subyacente a la economía americana que justificaría la toma de dicha decisión.
A nivel técnico, también tenemos un tercer punto de interés muy relevante: el DAX alemán, el selectivo con mayor poder de arrastre de Europa, va a cerrar la semana por encima de los 11.000 puntos. Otros selectivos se sitúan aún por debajo de las resistencias principales, pero muy cerca de sobrepasarlas también. De esta forma, el aspecto técnico también mejora sensiblemente, y genera las bases para un nuevo impulso alcista en los próximos días.
El Ibex 35 ha vuelto a dejar patente su gran vulnerabilidad frente al resto de selectivos. La fuerte ponderación del sector bancario, el mal momento que atraviesan varios de sus bluechips (Telefónica, Santander, BBVA), y la prima de riesgo político, siguen pesando en contra del selectivo, cuyo diferencia con el índice alemán se dirige a máximos históricos, por encima de 800 puntos y cerca de los máximos del mes de marzo, cuando llegó a superar los 1.000 puntos. Sólo esta semana, el spread ha aumentado en más de 200 puntos.
El petróleo, que en algún momento ha justificado las subidas de las empresas relacionadas, cotiza en estos momentos exactamente en los mismos precios de cierre del viernes pasado, con un desempeño plano en la semana, y sin aportar gran cosa.