La evolución de Telefónica durante los últimos tres meses ha sido muy significativa, a la par que decepcionante. Todo comenzó cuando repartió su segundo dividendo a comienzos del pasado noviembre.
La operadora de comunicaciones se encuentra inmersa en un movimiento totalmente lateral, atrapada entre los 12,80 y los 14,20 €. La contracción de las Bandas de Bollinger, la superposición de las medias de 20 y 50 períodos, y el hecho de que su RSI lleve oscilando desde finales de noviembre en la zona central de 50 puntos, demuestran la ausencia de tendencia alguna en este valor. Ésta es una de las razones que explican el peor desempeño del Ibex frente a otros índices europeos en lo que llevamos de año (el Ibex avanza un 3,5%, el Eurostoxx 50, un 8,5%; y Santander, segundo valor más importante de la bolsa española, un 11,5%).
Las circunstancias fundamentales de la compañía tampoco atraviesan su mejor momento. Desde la fallida OPV de su filial Atento, Telefónica se ha enfrentado a una rebaja masiva de recomendaciones por parte de brokers y analistas, fruto de la vulnerabilidad de su negocio en España, lo que le ha llevado a recortar el dividendo para este ejercicio y el próximo. Sería necesario un cambio en la evolución de Telefónica para que el Ibex consiguiese superar los 9.000 puntos.
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